El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, convocó a iniciar un proceso para modificar la Carta Magna, un movimiento que la oposición ha calificado de golpe de Estado y por el que ha llamado a los venezolanos a "rebelarse" para evitar la disolución de la república.
En Venezuela se realizaron marchas a favor y en contra del Gobierno en el marco del Día Internacional del Trabajador y Maduro aprovechó su tarima, cuando se cumple un mes de protestas antigubernamentales, para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente que pidió que sea conformada por la clase obrera, comunal, popular, y que será electa por el voto.
La oposición, reunida en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), llamó a nuevas protestas en las calles y consideró que hay más motivos para hacerlas tras el anuncio de Maduro. Además, señaló que la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), de mayoría opositora, celebrará este martes una sesión para analizar el "golpe de Estado más grave de la historia de Venezuela".
Maduro dijo que convocaba "al poder constituyente originario para lograr la paz que necesita la república, para derrotar al golpe fascista y para que sea el pueblo con su soberanía quien imponga la paz, la armonía, el diálogo nacional verdadero".
Según el presidente, desde hace un mes se ha puesto en marcha un plan para derrocarlo del que forman parte las protestas antigubernamentales en las calles que ha convocado la oposición para pedir que se restituya el "hilo constitucional" y que se convoque a elecciones, entre otras exigencias.
Nicolás Maduro explicó que con la convocatoria que ha hecho se transformará el Estado, "sobre todo esa Asamblea Nacional podrida que está ahí", y consideró que la Constitución actual, creada en 1999 a instancias de su antecesor, el fallecido Hugo Chávez, debe ser fortalecida.
"Va a ser una Constituyente electa con voto directo del pueblo para elegir a unos 500 constituyentistas aproximadamente, unos 200, 250 electos por la base de la clase obrera, de las comunas, de las misiones, de los indígenas", dijo.
Además, pidió a los dirigentes chavistas que salgan a las calles para explicar a los ciudadanos en qué consiste esta convocatoria y anunció que para ello ha designado una comisión que estará presidida por el ministro de Educación, Elías Jaua, y en la que participarán entre otros la canciller, Delcy Rodríguez, y la primera dama, Cilia Flores.
Poco después, Maduro firmó el decreto correspondiente en el palacio presidencial de Miraflores, donde lo calificó de "desencadenante histórico" para una nueva etapa del país.
El abogado constitucionalista Hermann Escarrá, designado por Maduro como miembro de la comisión presidencial que deberá explicar al pueblo su convocatoria, aseguró que con esta Constituyente no se prevé aplicar "modificaciones sustanciales" a la Constitución vigente.
Tras el anuncio de Maduro sobre la Constituyente, la MUD lo tildó de "estafa" y convocó a un cacerolazo, a una protesta de cierre de calles para la mañana de este martes y a una nueva gran marcha para el próximo miércoles.
El presidente del Parlamento, el opositor Julio Borges, anunció como portavoz de la MUD que este martes se celebrará una sesión especial de la Cámara para discutir el golpe que, según la oposición, dio el gobernante con este anuncio y dijo que varios países de Latinoamérica ya le han manifestado su alarma por la situación de Venezuela. "Lo que ha hecho Nicolás Maduro es tratar de destruir el voto en Venezuela convocando a un parapeto, a un fraude, a una estafa poniéndole la etiqueta de Constituyente. No es una Constituyente, es un fraude y (para) el mundo entero y el pueblo venezolano tiene que estar claro", aseveró.