Un disparo en la cabeza que, milagrosamente, no acabó con su vida la hizo conocida internacionalmente. Se trata de Malala Yousufzai, una joven pakistaní de 15 años que durante mucho tiempo ha luchado para favorecer los derechos de las mujeres. Sobre todo, de la educación femenina en medio de un gran veto impuesto por los talibanes que obligaron a cerrar varias escuelas y prohibieron la asistencia de niñas a las clases.
En Pakistan, más de cinco millones de niños no van al colegio. Por eso, desde los 13 años, Malala escribía en un blog para la cadena británica BBC explicando su vida bajo un terrible régimen. Su popularidad fue creciendo rápidamente. El año pasado recibió el Premio Nacional por la Paz de Pakistan.
Para los talibanes, la adolescente se convirtió en un peligro mediático, motivo por el cual, el pasado 9 de octubre, un miliciano la intentó asesinar. Otras dos estudiantes fueron heridas en el ataque mientras volvían a casa en una autobús escolar. Después de una intervención quirúrgica de urgencia, Malala fue trasladada a un hospital en Birminghan en Reino Unido, en el que se recupera satisfactoriamente junto a su familia.
El atentado generó un condena internacional inmediata. Manifestaciones y recogidas de firmas que reclaman que la joven reciba el próximo Premio Nobel de la paz. Ahora las compañeras de Malala la esperan para continuar la lucha, desde las aulas, por un futuro educativo para las mujeres árabes.
