"En mi barrio, todavía hay cuerpos tirados en el suelo. Es complicado recogerlos. La Cruz Roja aún no ha entrado en la zona y nosotros tenemos miedo a las epidemias", dijo Quentin Ningatouloum, residente de Galabadjia Sinistré, en el distrito octavo de Bangu.
La situación de la seguridad sigue siendo caótica en Bangui, a pesar del despliegue de tropas francesas en la ciudad, acosada por la violencia desde que las milicias de autodefensa cristianas "Anti-Balaka" iniciaran sus ataques y fueron repelidos por las fuerzas de seguridad, apoyadas por la milicia musulmana Séléka.
"Los asesinatos continúan, los hombres armados siguen presentes y cometen actos de violencia en la ciudad", dijo a Efe una autoridad local del cuarto distrito de la capital. Bangui ofrecía a primera hora de hoy la imagen de una ciudad desierta, aunque los soldados franceses han intensificado sus patrullas desde anoche.
El cielo de la capital vibró con el sonido de los aviones de combate del Ejército francés, que hicieron labores de reconocimiento sobre el terreno, según fuentes militares.
"La jornada de hoy debería ser decisiva. El Ejército francés debería actuar para desalojar a los hombres de Séléka que continúan los abusos en nuestro barrio", comentó Kevin Redebale, vecino de la zona de Boy Rabe (norte de Bangui), quien ha tenido que refugiarse en un monasterio a causa de los combates.
Los enfrentamientos se intensificaron el pasado jueves tras los ataques de los milicianos "Anti-Balaka" -partidarios del derrocado presidente François Bozize-, horas antes de que la ONU autorizase la intervención militar de Francia, junto a una fuerza africana, para proteger a la población civil y restablecer el orden en ese país.
En las últimas semanas, se han registrado choques entre partidarios de Séléka y la milicias de autodefensa "Anti-Balaka" ("antimachete" en sango, la lengua nacional). Los milicianos cristianos han atacado a civiles musulmanes, confesión de los miembros de Séléka pero minoritaria en el país, lo que ha provocado represalias.
La crisis de la República Centroafricana comenzó cuando, el pasado 24 de marzo, la capital fue tomada por los rebeldes de Séléka, que asumieron el poder en el país tras la huida de Bozizé al exilio.