Cada 17 de agosto, los simpatizantes del partido nacional-socialista, se reúnen para recordar a Rudolf Hess, una de las personas que más influencia tuvo en la Alemania nazi. Se agrupan en la prisión en la que se suicidó y cumplía la cadena perpetua que le fue impuesta por el tribunal de Nuremberg.
Un grupo de contramanifestantes ha acudido a concentración para intentar evitarla, pero no lo han conseguido, al contrario que en 2017.
Muchos de los activistas de extrema derecha, iban vestidos de rojo y blanco, y llevaban la bandera roja, blanca y negra del Tercer Reich de Hitler. Un grupo llevaba un cartel que proclamaba: "No lamento nada: los nacionalsocialistas de Berlín".
Alemania tiene leyes duras que prohíben el uso de símbolos del régimen nazi, como la bandera esvástica, pero la extrema derecha se ha fortalecido en los últimos años después de la llegada de más de un millón de inmigrantes, en su mayoría musulmanes, a partir del 2015.