Conflicto en Gaza

Un médico palestino, obligado a operar a su hija en su propia casa: "Le estoy cortando la pierna sin anestesia"

La situación en la Franja de Gaza es tan crítica que las operaciones se hacen sin medios.

Médico en Gaza

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Una nueva ayuda humanitaria llega este jueves a Gaza. Un cargamento de medicamentos entrará hoy en la Franja, a cambio de que se entreguen fármacos a los rehenes que los necesitan.

Hamás afirma que una de cada mil cajas de medicamentos recibidas será para los rehenes: "Por cada caja de medicinas para los prisioneros, mil para nuestro pueblo", informó el miércoles Musa Abu Marzouk, uno de los líderes del grupo terrorista.

Mientras, los ataques no cesan. "Es horrible, bombardeos aleatorios, disparos aleatorios, matanzas aleatorias", lamentaba un habitante del enclave. En Jan Yunis denuncian que han destruido su hospital de campaña.

La situación es tan crítica que las operaciones médicas se hacen sin medios. Un doctor palestino se ha visto obligado a practicarle una cirugía a su hija en su propia casa. "¿Qué hemos hecho mal? Estoy operando en la mesa del comedor. Sus arterias están destrozadas. Estoy cortando la pierna de mi hija sin anestesia", ha lamentado el señor. "¿Qué injusticia es esta?", ha concluido.

"Atroces" condiciones

Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) denuncian que las condiciones en las que ahora la gente intenta sobrevivir son "atroces", sostienen que la situación de crisis es extrema en Gaza y piden un alto el fuego inmediato.

Israel no se pronuncia, aunque asegura que la fase intensiva de la guerra terminará pronto en el sur. Mientras, la cifra de muertos no hace más que aumentar. Ya son 163 más desde el pasado martes, lo que suman casi 24.500 palestinos fallecidos en total, a los que hay que añadir los 335 muertos en Cisjordania y los 61.500 heridos.

En cuanto a los medicamentos que llegarán hoy gracias al acuerdo entre Hamás e Israel, el Gobierno israelí ha decidido no examinar la mercancía, pese a que era una de las condiciones de Hamás, que temía que Israel pudiera introducir tecnología GPS y pudiera llegar hasta los prisioneros.

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