Médicos de un hospital yemení llamaron hoy a las
organizaciones internacionales a que ayuden a trasladar fuera de Yemen a dos
niños siameses, nacidos hace once días, cuya salud se está deteriorando por la
falta de servicios en el país, escenario de la peor crisis humanitaria en el
mundo, según la ONU.
El responsable del área infantil en el Hospital de Al
Thawra, Faisal al Babli, explicó que los pequeños "no pudieron ser
transferidos directamente al extranjero" para un mejor tratamiento.
"Es un caso único en Yemen, dos niños en un cuerpo, con
dos cabezas, dos corazones, dos pulmones, dos corazones, dos estómagos y dos
espinas dorsales. Solo comparten la pelvis y las extremidades con dos manos y
dos piernas", dijo.
Aunque los siameses, que fueron llamados Abdul Jaliq y Abdul
Rahim, están "en general estables, su salud esta gradualmente
deteriorándose", advirtió el médico, por lo que pidió a organizaciones
internacionales dedicadas al cuidado de la infancia que les salven.
"Estamos ahora mismo buscando financiación y asistencia
para que se les pueda proveer los cuidados sanitarios (...) y trasladarlos
fuera del Yemen", indicó Al Babli. Los pequeños se encuentran desde el 24
de enero en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Saná, ciudad
controlada por los rebeldes hutíes y cuyo aeropuerto se encuentra cerrado por
el bloqueo aéreo impuesto por la coalición árabe, liderada por Arabia Saudí,
que lucha a favor del Gobierno yemení contra los insurgentes.
El médico señaló que los servicios sanitarios en el país
"son muy pobres, especialmente por la guerra que el Yemen está
experimentando (...) además del bloqueo impuesto en el país y el cierre del
aeropuerto de Saná".
El padre de los siameses, Akram Ali Ahmed, de 20 años, que
regresó a su hogar en una zona a las afueras de Saná por consejo de los médicos
mientras sus hijos se encuentran ingresados, indicó que quiere que sus niños se
queden tal y como nacieron. "No quiero que se haga nada con mis hijos, ni
que sean separados ni que ninguno de ellos muera por el otro", aseveró el
padre primerizo. "No me opongo a lo que Dios me ha dado", zanjó.
Según Unicef, más de 6.700 niños han sido confirmados
"muertos o gravemente heridos" en estos últimos cuatro años de
guerra. El conflicto comenzó cuando los hutíes, que cuentan con el respaldo de
Irán, se hicieron con el control de Saná y se generalizó en marzo de 2015 con
la intervención de la coalición árabe a favor del Gobierno yemení del
presidente Abdo Rabu Mansur Hadi.