Cáncer
Los médicos le quitaron importancia y murió de cáncer de páncreas en 10 semanas: su hija advierte cómo detectarlo a tiempo
Llevaba más de un año con fuertes dolores de estómago y pérdida de apetito cuando finalmente se le detectó un cáncer de páncreas en estado avanzado.

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Gary Buesnel, un jardinero de 59 años, llevaba más de un año con fuertes dolores de estómago y pérdida de apetito cuando finalmente se le detectó un cáncer de páncreas en estado avanzado. Tan solo diez semanas después del diagnóstico, murió, dejando a su hija Leah devastada y con un mensaje claro: "Si algo no va bien, sigue pidiendo ayuda".
A lo largo de meses, Gary acudió en varias ocasiones al médico. Le dijeron que sus síntomas podrían deberse a una hernia o cálculos biliares, nada grave. Sin embargo, el dolor se intensificó, y no fue hasta marzo de 2020, cuando acudió a urgencias, que los médicos decidieron hacerle más pruebas.
Los médicos se confundieron
Los escáneres revelaron una lesión cancerígena en el hígado, que más tarde se confirmó como un tumor secundario procedente del páncreas. "Ese día, el Día del Pancake de 2020, supimos que tenía cáncer de páncreas. Y que se había extendido", recuerda Leah.
Gary estaba en fase 4, la más avanzada. Los médicos no ofrecieron opciones de tratamiento, algo que en ese momento la familia no entendía. Ahora, Leah sabe por qué es: "Porque no hay ninguna". "Nos quedamos llorando en la habitación sin información ni esperanza para el futuro", dice.
Una enfermedad silenciosa y difícil de detectar
El cáncer de páncreas es uno de los más agresivos y difíciles de detectar, ya que los pacientes a menudo presentan síntomas o signos que podrían confundirse. En el 80 % de los casos ya es demasiado tarde para un tratamiento eficaz. Según Pancreatic Cancer UK, más de la mitad de los pacientes mueren en los tres meses posteriores al diagnóstico. La única posibilidad real de cura es extirpar el tumor mediante cirugía, pero esto solo es posible en una minoría de casos.
Gary y su familia buscaron otras opiniones, incluso acudieron a un especialista privado, pero recibieron la peor noticia: "Sin tratamiento, le quedan entre ocho y doce semanas de vida". Poco después, la salud de Gary se deterioró rápidamente. Empezó a sufrir ictericia (color amarillento en piel y ojos) y necesitó una operación para aliviar una obstrucción en el conducto biliar, seguida de una sesión de quimioterapia.
Por un momento, Leah pensó que podría mejorar. "Lo vi comiendo una chocolatina y pensé 'esto va a funcionar, va a estar bien'". Pero no fue así. Esa fue su única sesión de tratamiento, ya que su cuerpo no tenía más fuerzas.
Fue ingresado en un hospicio, donde pasó las últimas semanas de su vida. "Un día me llamaron y me dijeron que le quedaban tres días de vida. Cuando llegué, ya no podía hablar. Todo pasó demasiado rápido", recuerda Leah. Gary murió el 15 de mayo de 2020, un mes antes de cumplir 60 años.
Detectar los síntomas a tiempo
Casi cinco años después de la muerte de su padre, Leah sigue luchando por crear conciencia sobre los síntomas del cáncer de páncreas, que muchas veces pasan desapercibidos o se confunden con dolencias comunes como una indigestión o el síndrome del intestino irritable. Los síntomas comunes incluyen:
- Dolor persistente en la parte superior del abdomen
- Náuseas
- Diarrea o estreñimiento
- Indigestión frecuente
- Pérdida de apetito
- Pérdida de peso inexplicable
"Lo grave es que estos síntomas pueden parecer poco importantes al principio", explica Leah. "Pero si sabemos que podrían estar relacionados con un cáncer tan letal, ¿por qué no se hacen pruebas cuanto antes?".
Leah tiene claro cuál es su mensaje: "Mi mensaje a todos es que griten más fuerte, porque es la única manera en que la gente los escuchará. Si sientes que algo anda mal, sigue insistiendo o busca una segunda opinión".
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