Médicos sin Fronteras ha agradecido al Gobierno su decisión de recibir al buque Aquarius, pero ha advertido de que se trata de una medida "excepcional" porque "no se puede plantear el escenario de que todos los rescates van a tener este final feliz", ya que "operativamente sería imposible".
Lo ha hecho el responsable de Relaciones Externas de la organización, Carlos Ugarte, que ha querido insistir en que el gesto del Ejecutivo es "esperanzador" y "la primera noticia positiva después de tantos años de políticas de la UE y de sus Estados miembros mezquinas, inhumanas e ineficaces".
Sin embargo, la ONG hubiera preferido que los 629 inmigrantes -entre los que hay 123 menores no acompañados, otros once niños y 80 mujeres, seis de ellas embarazadas- que transporta la nave hubieran podido llegar a un puerto seguro y cercano de Italia o Malta. De ahí que haya apelado a la UE a que establezca sistemas que garanticen a las organizaciones seguir desempeñando su trabajo, porque "la situación de Libia es la que es, y la gente va a seguir huyendo de allí.
Un país, Libia, donde "están reportadas, y la UE lo sabe perfectamente, violaciones, asesinatos, extorsiones, torturas y toda una serie de abusos por los cuales la gente está huyendo". "No es una decisión libre y voluntaria", añade. Si se sigue obstaculizando la labor de estas organizaciones, más aún cuando el buen tiempo que empieza ahora dispara el número de llegadas, el escenario que se abrirá, vaticina, es "catastrófico".
"Obviamente, ningún país tiene por qué sufrir la carga de la llegada de personas que vienen buscando protección o ayuda a Europa solo porque sea el país fronterizo; es una respuesta que tiene que dar la UE en su conjunto que no se puede dejar en manos de tres países", subraya Ugarte. Una respuesta que pasa, además de permitir a las ONG trabajar, por poner en marcha medidas de presión a Italia y Malta para que acepte sus barcos y abrir vías legales y seguras de llegada.
El 'Aquarius', que lleva paralizado desde el pasado sábado tras la negativa de estos dos países a que atraque en cualquiera de sus puertos, llegará a Valencia previsiblemente este sábado tras haber recorrido casi 1.300 kilómetros, donde tendrá que permanecer algún día más para repostar. Habrá perdido así casi diez días en los que "la gente se va a seguir ahogando". El buque trasladará a 229 de esas personas, mientras que las 400 restantes llegarán a bordo de dos naves italianas, una de la guardia costera y otra de la Marina, que están siendo trasladadas en estos momentos.