La avalancha, que causó al menos 755 heridos, ocurrió anoche en un puente que conecta la capital con la pequeña isla Diamante (Koh Pitch), ambientada con atracciones y varios puestos de feria.
"Muchos querían ir a la isla para ver los espectáculos y el puente se bloqueó. Algunos iban a ayudar, pero no hacía más que incrementar el número de gente", ha relatado Visna, un agente de seguridad que se encontraba en el lugar cuando ocurrió el suceso.
Grupos de personas se agolpan a ambos lados del puente para lanzar ofrendas al río en señal de duelo. El lugar está lleno de zapatos perdidos por las víctimas en su intento de escapar y algunos niños aún buscan desesperados a sus familiares.
Según diferentes versiones de testigos, la avalancha se produjo por el apelotonamiento, el intenso calor y la humedad, cientos de personas, la mayoría jóvenes, comenzaron a empujarse y atropellarse, mientras que otros indican que se corrió el rumor de que el puente iba a derrumbarse.
"No se podía respirar, hacía mucho calor y la gente no paraba de empujar. Yo pude salirme antes de que pasara algo", recuerda Sophal Ice, un joven de la provincia de Kandal que había ido a Phnom Penh para el festival.
La peor tragedia en 40 años
El primer ministro, Hun Sen, ha señalado que todavía no están claras las causas y que la Policía ha iniciado una investigación que será dirigida por una comisión especial.
Los hospitales de la ciudad, bajo luto oficial, han amanecido desbordados por la cantidad de heridos recibidos, sobre todo el centro hospitalario Calmete, uno de los mayores del país.
Fuentes de los servicios de emergencia han indicado que decenas de personas se arrojaron al agua para evitar ser aplastadas por la riada de gente, que asistía al último de los tres días del Festival del Agua, la mayor celebración camboyana.
Hun Sen, que ordenó a las instituciones del Estado arriar la bandera a media hasta en señal de duelo, ha indicado que se trata de la peor tragedia desde el genocidio del Jemer Rojo durante los años 1970.
"Quiero expresar mis condolencias a las familias de las víctimas", ha dicho el primer ministro en un mensaje televisado. El Gobierno se ha comprometido a indemnizar con 5 millones de rieles (1.250 dólares o 906 euros) a las familias de los fallecidos y con un millón de rieles (250 dólares o 181 euros) a las de los heridos.
Las autoridades estiman que más de dos millones de personas acudieron para celebrar la última jornada del festival, en el que los asistentes se congregan a orillas del río Tonle Sap para rendir homenaje al agua y despedir los monzones.