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Se lo ha atribuido DAESH
Al menos dos fallecidas en un ataque con cuchillo en una estación de tren de Marsella al grito de "Allahu Akbar"
El asesinato de dos mujeres en Marsella a manos de un individuo que gritaba "Allahu Akbar" se podría tratar de un acto terrorista. Las víctimas son dos mujeres que estaban en la estación, una de las cuales fue degollada y otra apuñalada por un agresor de unos 30 años.
Las autoridades investigan como atentado terrorista el asesinato de dos mujeres por un hombre armado con un cuchillo en la principal estación de trenes de Marsella (sureste de Francia), que ha puesto de nuevo al país en alerta. La Fiscalía antiterrorista francesa se ha hecho cargo de la investigación de los hechos, ocurridos en la estación de Saint-Charles y en los que el atacante fue abatido por militares del dispositivo antiterrorista Sentinelle.
Según la agencia Amaq, ligada a Daesh, el asesinato terrorista ha sido perpetrado por un militante de Daesh.
"Se ha abierto una investigación para saber la identidad del individuo. Este acto puede ser de naturaleza terrorista, pero a esta hora no lo podemos afirmar", dijo el domingo por la tarde el ministro francés de Interior, Gérard Collomb, que se desplazó a Marsella para seguir de cerca las operaciones. Preguntado por los periodistas con insistencia sobre la motivación y la identidad del atacante, Collomb contestó que prefiere "esperar a los elementos de la investigación" antes de pronunciarse.
El ministro sí aportó detalles del suceso: "Lo que ha extrañado, por lo que hemos visto en las imágenes de vídeo, es que la persona ataca a una primera persona y después regresa a la misma zona y mata a una segunda".
Según fuentes judiciales, las autoridades van a investigar indicios de "asesinato con objetivo terrorista", "tentativa de asesinato" contra las fuerzas del orden "con objetivo terrorista" y asociación criminal también con fines terroristas.
La Fiscalía indicó que ha encomendado la investigación a la Policía Judicial (DCPJ) y la Dirección General de Seguridad Interior (servicios secretos franceses, DGSI).
Según el canal BFMTV, las víctimas son dos mujeres que estaban en la estación, una de las cuales fue degollada y otra apuñalada por un agresor de unos 30 años.
De acuerdo con testimonios difundidos por la emisora pública France Bleu Provence, el agresor habría gritado "Allahu akbar" ("Alá es el más grande") al perpetrar el ataque y ser abatido. De momento, la acción no ha sido reivindicada.
Tras el ataque, la estación de Saint-Charles ha sido evacuada y el tráfico ferroviario interrumpido. En un mensaje en la red social Twitter, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se mostró "profundamente indignado por este acto bárbaro" y mandó un mensaje de apoyo tanto a las familias de las víctimas como a los militares de Sentinelle y a la policía.
A la espera de que se aclare cuál es el cariz de este ataque, el suceso se asemeja a incidentes yihadistas ocurridos en 2017, con la agresión de un atacante solitario, aunque en este caso, en vez de dirigirse contra las fuerzas de seguridad, lo ha hecho contra viandantes y con resultado de muerte.
El pasado 20 de abril, un hombre armado con un kalashnikov asesinó en plenos Campos Elíseos de París al policía Xavier Jugelé, tras lo cual fue abatido, en una acción reivindicada por el yihadista Daesh.
Francia está en estado de emergencia desde 2015, año en que el 13 de noviembre París y Saint-Denis fueron blanco de unos atentados en los que murieron 130 personas. En 2016 el país también fue objeto de virulentos ataques, como el de Niza, el 14 de julio, que se saldó con 86 fallecidos. Desde la oposición, la líder del ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, criticó "la impotencia política" del Gobierno de Macron contra el terrorismo y pidió que ataques como los yihadistas se traten "como un acto de guerra" y no como un "acto de delincuencia".
El jefe de filas de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, se mostró apenado por "las indefensas víctimas" de esta acción y reprobó los "motivos repugnantes" del "asesino". El ataque de este domingo se produce cuando el Parlamento francés debate incorporar en la legislación ordinaria varias medidas excepcionales que ahora están contempladas en el estado de emergencia, como el cierre de los centros religiosos en los que se profieran discursos que hagan apología de la violencia y la facilitación de registros administrativos a sospechosos de terrorismo.
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