Al menos 80 personas murieron este sábado por una explosión en un funeral en la localidad de Zamlaka, en las afueras de Damasco, ha señalado el opositor miembro del opositor Consejo Nacional Sirio (CNS) Mohamed Sarmini.
Previamente, los activistas Comités de Coordinación Local habían denunciado la muerte de 85 personas en el suceso, mientras que la opositora Comisión General de la Revolución Siria redujo esa cifra a 75 y el Observatorio sirio de Derechos Humanos, a treinta.
Respecto a cómo se produjo el ataque, Sarmini relató que un proyectil lanzado desde un helicóptero impactó en un vehículo, lo que causó además 150 heridos.
En sendos comunicados, la Comisión indicó que fue un atentado perpetrado con un coche bomba por las fuerzas gubernamentales y milicianos prorrégimen, mientras que el Observatorio dijo que el vehículo estalló por el impacto de un proyectil de mortero.
El funeral se celebraba por la muerte de un ciudadano muerto en las protestas antigubernamentales,identificado por los Comités como Abdulhadi al Halabi.
Según los Comités, al menos 165 personas murieron ayer en todo el país, mientras que el Observatorio sirio de Derechos Humanos cifró los muertos en 96. Estas informaciones no han podido ser verificadas de forma independiente debido a las restricciones impuestas por las autoridades sirias a los periodistas para trabajar.
Estos sucesos coincidieron con una reunión en Ginebra del llamado Grupo de Acción para Siria, que acordó proponer la creación de un "órgano de transición gubernamental", con participación del Gobierno de Bachar al Asad y los grupos de la oposición, como elemento clave para pacificar el país.
En el Grupo de Acción participan China, Rusia, EEUU, Francia, el Reino Unido, Turquía, la Liga Árabe, la ONU y la Unión Europea. Entre hoy y mañana se espera que las organizaciones de la oposición se reúnan en El Cairo, bajo los auspicios de la Liga Árabe, para aunar posturas.