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UN TSUNAMI PROVOCÓ EN 2011 EXPLOSIONES DE HIDRÓGENO EN LA CENTRAL
Al menos 18 niños de Fukushima han desarrollado cáncer de tiroides tras el accidente
Las autoridades han ordenado hacer pruebas médicas a los 360.000 niños que viven en Fukushima para evaluar el impacto del accidente nuclear en su salud. El estudio médico apunta a que podría deberse a que las partículas radioactivas emitidas por la central se han acumulado en la glándula tiroides de los pequeños, lo que aumenta el riesgo de padecer cáncer.
Los exámenes médicos llevados a cabo en la prefectura de Fukushima, ubicada en el noreste de Japón, tras el accidente ocurrido en la central nuclear homónima han revelado que 18 niños han desarrollado cáncer de tiroides.
Las autoridades regionales ordenaron hacer revisiones médicas a los 360.000 niños --de hasta 18 años de edad-- residentes en Fukushima para evaluar el impacto del accidente nuclear en su salud.
Los resultados han revelado que 18 han desarrollado cáncer de tiroides, mientras que otros 25 podrían padecer esta enfermedad, según ha informado la televisión pública NHK.
El grupo de expertos que ha llevado a cabo este estudio médico ha explicado que podría deberse a que las partículas radiactivas emitidas por la central nuclear se han acumulado en la glándula tiroides de los niños, aumentando el riesgo de desarrollar cáncer.
El director del estudio médico, Hokuto Hoshi, ha adelantado que otro grupo de expertos llevará a cabo un análisis caso por caso para poder dar explicaciones detalladas.
El 11 de marzo de 2011, un terremoto y un tsunami arrasaron la costa de la prefectura japonesa, dando lugar al peor accidente nuclear de la historia, junto al de la central de Chernóbil, en Ucrania.
Fukushima-1 estaba preparada para un terremoto, ya que Japón se asienta sobre una falla, pero no para un tsunami, por lo que el azote del mar provocó varias explosiones de hidrógeno que hicieron que los núcleos de algunos de sus reactores se fundieran parcialmente.
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