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UN FESTIVAL DE EUROVISIÓN MUY REIVINDICATIVO
Mercy, Sophia, Newman... Los bebés de la esperanza nacidos en el Mediterráneo que protagonizaron Eurovisión
La pareja francesa cantó la canción 'Mercy' en honor a una niña nacida en un barco en el Mediterráneo mientras su madre huía de la barbarie. Las madres protagonistas de estos nacimientos 'milagro' y los sanitarios que las ayudaron cuentan su experiencia.
Al igual que Mercy, que fue la protagonista de la canción del dúo francés 'Madame Monsieur' de este sábado en Eurovisión 2018, 35 bebés han nacido en los últimos años en barcos de ayuda a los migrantes, pequeños milagros que no hacen nada para borrar la dureza del destino de estas familias.
Se llaman Mercy, Francesca, Newman, Diabam, Sophia o Idriss Ibrahim... Y todos tienen en común haber nacido en uno de los barcos que rescatan migrantes frente a Libia, según un recuento de AFP con todos estos protagonistas.
"Normalmente, tratamos de evacuar a la madre para que pueda dar a luz en tierra, porque a bordo no hay nada que tratar con posibles complicaciones", dice la doctora Giulia Marinig. El 3 de octubre de 2016, esta joven médica enviado por la Orden de Malta a bordo del Dattilo, un barco de guardacostas italiano que acababa de rescatar a un millar de migrantes y examinó a una mujer atrapada en contracciones. "Apenas 45 minutos después nació su pequeño hijo", recuerda. Mientras el barco se dirigía a Italia, otra mujer dio a luz a una niña y un tercer niño nació a su llegada al puerto.
Aunque las madres estén tumbadas en el suelo y los bebés en cajas de plástico, estos nacimientos llevaron un rayo de esperanza a esos dos días oscuros marcados por el difícil rescate de más de 10.500 migrantes y el descubrimiento de unos cincuenta cadáveres.
Para los trabajadores de rescate y las tripulaciones, estos nacimientos son una experiencia tan poderosa que la Unión Europea ha rebautizado su operación naval como Sophia, en homenaje a una niña somalí nacida en agosto de 2015 a bordo de un barco alemán.
Cuestión de probabilidad
Si la tensión, las vibraciones del motor o el alivio pueden favorecer estos partos, su frecuencia resulta sobre todo de una simple cuestión de probabilidades. Desde 2014, cerca de 80.000 mujeres han llegado por mar a Italia, sin contar a las adolescentes. La mayoría son jóvenes y muchas están embarazadas, aunque no hay estadísticas.
"Conocí a muchas mujeres que habían sido violadas en Libia. A menudo también tenían que vender sus cuerpos para subir a las canoas", explica Marina Kojima, una comadrona japonesa que pasó varios meses en el Aquarius, un barco humanitario fletado por SOS Mediterráneo y Médicos Sin Fronteras. "El día de los tres partos en el Dattilo, había casi otras 30 mujeres embarazadas de al menos 7 meses a bordo", recuerda el doctor Marinig.
Para estas mujeres, el embarazo dificulta aún más el viaje por el desierto y el infierno libio, y dar a luz en el mar puede convertirse en una pesadilla.
"Había mucha gente en la canoa, todos estábamos sentados muy apretados. Y el dolor era demasiado grande", recuerda Stephanie, una mujer nigeriana que dio a luz a Francesca, nombre puesto en honor del Papa, poco después de su rescate en mayo de 2015 por la marina italiana.
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