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DICE QUE LA SOLUCIÓN DEBE SER "EUROPEA"
Merkel aboga por reducir el número de refugiados en Alemania pero sin fijar un límite como Austria
La canciller alemana, Angela Merkel, tuvo una reunión incómoda con parlamentarios de la CSU, formación hermanada con su partido pero crítica con su gestión de la crisis de los refugiados y partidaria de hacer como Austria, que ha anunciado que no aceptará a más de 37.500 solicitantes de asilo en 2016.
La canciller alemana, Angela Merkel, abogó hoy por una "solución europea" para reducir de forma "apreciable y sostenible" el número de solicitantes de asilo que llegan a Alemania, después de que Austria anunciara unilateralmente que fijará un límite a la entrada de refugiados al país. Merkel reiteró los ejes de su política poco antes de reunirse en el balneario de Wildbad Kreth (sur de Alemania) con parlamentarios de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), partido hermanado con su Unión Cristianodemócrata (CDU) y especialmente crítico con su gestión de la crisis de los refugiados.
Esta cita se presentaba incómoda y lo fue, ya que la CSU, miembro de la gran coalición junto a la CDU y el Partido Socialdemócrata (SPD), ha abogado públicamente por seguir el ejemplo de Austria y fijar un límite también para Alemania, de no más de 200.000 refugiados al año. Merkel fue recibida con flores por un comité de bienvenida ataviado con el traje típico bávaro, pero el líder del grupo parlamentario de la CSU en la Cámara regional, Thomas Kreuzer, fue directamente al grano. Aprovechó su breve declaración ante la prensa junto a la canciller para subrayar la "casualidad" de que este mismo día Viena anunciara que no aceptará a más de 37.500 solicitantes de asilo en 2016.
"Hablar unos con otros es de gran importancia, incluso cuando no estemos de acuerdo en todas la cuestiones", señaló Merkel en una comparecencia de apenas dos minutos, en la que evitó hacer referencia expresa al caso austríaco. Ya a puerta cerrada, según medios alemanes que recogieron impresiones de los asistentes a la reunión, sí criticó la fórmula anunciada por Viena, pero siguió insistiendo en que la solución debe ser europea.
Más de una docena de parlamentarios cuestionaron en el encuentro su gestión y le exigieron un cambio de rumbo, mientras que el titular regional de Finanzas, Markus Söder, le advertía de que "la situación está fuera de control". La canciller recordó que coincide con la CSU en la necesidad de reducir de forma palpable las llegadas pero, para hacerlo, abogó por combatir las causas que generan los actuales flujos de refugiados y buscar una solución con los socios comunitarios.
Destacó así que en los próximos días habrá tres citas importantes: la cumbre bilateral germano-turca que se celebra este viernes en Berlín, la conferencia de donantes prevista para el 4 de febrero en Londres y el Consejo Europeo de mediados de febrero. Es difícil que esta serie de cumbres satisfagan las reivindicaciones de los conservadores de Baviera, estado fronterizo con Austria que recibe al grueso de los refugiados que llegan a Alemania y que exige que se adopten medidas a nivel nacional.
Según las cifras facilitadas por la policía federal, encargada del control de fronteras, esta semana se está registrando la entrada de unos 1.650 solicitantes de asilo al día, mientras que durante el fin de semana la cifra osciló entre los 2.500 y los 2.780. El año pasado Alemania recibió cerca de 1,1 millones de peticionarios de asilo.
Poco antes de la llegada de Merkel había comparecido ante los medios el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, quien también eludió comentar de forma directa la decisión de Austria. "Decir lo mismo que la canciller es aburrido y decir lo contrario sería tonto", bromeó antes de insistir en la necesidad de que los socios europeos adopten con urgencia medidas comunes ante el riesgo de que se quiebre el sistema Schengen y el euro se vea afectado. El contexto económico es "muy volátil" ante el reto de los refugiados y "el tiempo se acaba", recalcó el titular de Finanzas.
Suecia, recordó, decidió realizar controles de identidad a quien quieren cruzar sus fronteras y, si Alemania se viera forzada a hacerlo, se comprobaría que la crisis no es un problema alemán, sino europeo. "Tendría repercusiones en la sistema Schengen, en la integración europea y en el mercado común y probablemente, como dijo hace un tiempo la canciller, también en el sistema euro", reiteró.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, afirmó el pasado viernes que el Ejecutivo comunitario "analiza medidas suplementarias" para reforzar la lucha contra la crisis de refugiados y Schäuble explicó que le llamó para pedirle más rapidez.
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