Los miles de manifestantes han elegido el color negro par recordar a los heridos y detenidos por la represión policial en las protestas del pasado fin de semana, y en la que según los críticos, Carrie Lam tiene parte de culpa por negarse a liberar a los detenidos y por describir los incidentes como una "revuelta", un delito que acarrea una pena de hasta 10 años de prisión.
La protesta terminará delante de la sede del Gobierno para exigir la dimisión de la jefa ejecutiva, Carrie Lam, quien acusa a los detenidos de haber agredido al dispositivo de seguridad.
Los organizadores de la marcha se han comprometido a hacer todo lo posible para impedir que se repitan los incidentes violentos y los manifestantes han recordado con pancartas como "No disparéis, somos de Hong Kong".
La tensión entre los manifestantes hay aumentado cuando se ha conocido que uno de ellos perdió al vida tras caerse de un andamio mientras intentaba colgar una pancarta, según ha informado la policía de la región. El hombre de 35 años de edad, apellidado Leung, es la primera víctima de las protestas masivas que han sacudido Hong Kong en las últimas semanas.
El proyecto de ley supone la ruptura de la independencia judicial de Hong Kong respecto de Pekín, una de las condiciones que marcaron su devolución por parte de Reino Unido en 1997 a la soberanía china, y un fracaso del lema "un país, dos sistemas".
Desde entonces, la oposición acusa a China de entrometerse constantemente en el desarrollo de la ciudad, obstruyendo las reformas democráticas. Lam ha afirmado que esta ley es necesaria para evitar que Hong Kong se convierta en un refugio de delincuentes y ha recordado las enmiendas que ha aplicado propuestas para contentar a la población.
