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PEREGRINOS DE TODO EL MUNDO VISITAN ROMA
Miles de jóvenes españoles se apresuran para coger sitio en el Vaticano
Los jóvenes quieren rendir honores y celebrar la canonización de Juan Pablo II. Por su parte Juan XIII, más desconocido puede aportar una parte didáctica al viaje que estos días emprenden los peregrinos.
Faltan horas para el acontecimiento religioso más esperado del año y los nervios están a flor de piel, o si no que se lo digan a todos aquellos jóvenes españoles que tienen previsto levantarse a las tres de la mañana para coger buen sitio en la plaza de San Pedro con motivo de la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII.
Juan Carlos es uno de ellos: "Merece la pena madrugar porque es una experiencia única", subraya este alumno del colegio Torrevilano (Madrid). A sus 15 años, quiere rendir homenaje a "uno de los papas que más se acercaba a la juventud": Juan Pablo II.
Cristina también le admira mucho. Aunque esta estudiante apenas tenía siete años cuando el papa murió, ha querido investigar sobre él: "Sé que tuvo una vida muy difícil pero se propuso ayudar a su gente y lo consiguió".
En cambio, Juan XXIII es un pontífice mucho más desconocido para los jóvenes. "Sólo conozco su apodo y su siglo", admite Cristina en declaraciones, razón de más para que esta escapada a Roma no sea solo una experiencia religiosa, sino un viaje didáctico.
Consciente de ello, Inmaculada Molina ha programado una serie de actividades desde la Secretaría del Departamento de Juventud de la Conferencia Episcopal (CEE) para "profundizar en la temática" de cara a la celebración.
Una hora de proyecciones audiovisuales, dinámicas de grupo y sesiones de catequesis han mantenido ocupados a los casi 600 jóvenes que partieron el jueves en barco hasta Italia, un viaje organizado por la CEE con un coste por cabeza de entre 230 y 310 euros.
Y es que los jóvenes españoles han tenido que ahorrar un poco o pedirle dinero a sus padres para hacer frente a los gastos una oportunidad "económica" que también les permitirá conocer la capital italiana.
Este viaje promete ser inolvidable por muchos motivos: "lo van a pasar fenomenal con sus amigos; esperamos que crezcan como personas, aprendan a ser responsables y conozcan un poco más a los papas", explica el párroco Fulgencio Espá, que acompañará a unos 90 peregrinos de Vallecas y Carabanchel (Madrid).
Para Espá, la canonización de los papas pone de manifiesto la vitalidad de la Iglesia, una institución universal capaz de "reunir a cuatro millones de personas en tres meses", prueba de que el catolicismo no es un movimiento de minorías "ni está de capa caída", opina.
Los nervios y la ilusión también calientan el ambiente para el párroco Carlos Esquivel y sus 46 peregrinos universitarios que han viajado en el barco de la CEE. "Hay motivación máxima. Los que vienen por primera vez están emocionados, no se pueden imaginar lo que van a ver... ¡Van a encontrarse con la gracia de Dios en Roma!", exclama.
También destaca los mensajes de aliento hacia los jóvenes de Juan Pablo II, un papa "gigante" pero "poco conocido" al principio: "cuando se conoció su nombre (Karol Wojtyla), todos pensamos que era un cardenal negro", recuerda el párroco con una sonrisa.
Como la de Juan Pablo II cuando asistía a las funciones de Diego Poole, un profesor de Derecho de la Universidad Rey Juan Carlos que actuó en el Vaticano como payaso entre 1987 y 1993, seis años consecutivos en los que el papa se partía de risa "como un niño" hasta el punto de "casi caerse de la silla", relata Poole.
Juan XXIII apuntaba maneras de "pontífice de transición" a ojos de Esquivel, pero se convirtió en "un santo con una visión muy profunda de la Iglesia, una figura que rompió todos los esquemas con su simpatía".
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, viajará a Roma junto al secretario general, José María Gil Tamayo, y otros muchos obispos procedentes de diócesis españolas para participar en las canonizaciones, que tendrán lugar el domingo en la plaza de San Pedro a las diez de la mañana.
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