La industria de los cruceros en Venecia genera más de 400 millones de euros anuales para Italia, un negocio muy fructífero pero también muy polémico, pues los vecinos de esta joya del Mediterráneo luchan desde hace años para que el Gobierno aleje a estos gigantes que contaminan y afean el paisaje.
El debate sobre estos enormes rascacielos marítimos en Venecia no es nuevo, pero ha cobrado fuerza en los últimos días después de que un crucero de la compañía MSC, de 65.000 toneladas, chocara contra un barco turístico en el Canal de la Giudecca, dejando cuatro heridos leves.
Desde hace casi veinte años, Venecia espera una solución definitiva para los grandes barcos que satisfaga a la industria, a la economía, al turismo, al empleo y al medio ambiente, y el actual Gobierno italiano, del Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la Liga, está trabajando en ello. "El objetivo es proteger el medio ambiente, el turismo y el empleo en Venecia, creo que encontraremos una solución", explica a EFE el ministro de Transportes e Infraestructuras de Italia y miembro del M5S, Danilo Toninelli.
Organizaciones y asociaciones de Venecia, como el comité No Grandi Navi (No a los grandes barcos), protestan desde hace años para que estos cruceros no se acerquen a los canales venecianos porque argumentan que contaminan el medioambiente y destruyen la belleza del paisaje. Este sábado han organizado una manifestación para pedir al Ejecutivo italiano una solución urgente y duradera, y a ella han acudido centenares de personas, portando banderas y pancartas con lemas como "fuera los cruceros".
Stefano Micheletti, activista de este comité, reflexiona en declaraciones telefónicas con esta agencia que Italia debe analizar "qué tipo de turismo fomenta", al permitir que estos cruceros ensucien el aire "con sus carburantes y sus motores siempre encendidos". "Queremos que estos barcos atraquen fuera de la laguna", subraya. Actualmente, los cruceros de menos de 96.000 toneladas llegan a Venecia desde la parte oriental del Mediterráneo, entran a la laguna veneciana por el puerto del Lido y navegan por el Canal de la Giudecca hasta la Estación Marítima, situada al oeste de la ciudad.
Las embarcaciones de más de 96.000 toneladas permanecen atracadas en el puerto de Marghera, situada a varios kilómetros al oeste del puerto marítimo. Estas asociaciones piden al Gobierno italiano y a las autoridades locales que se construya un puerto fuera de la laguna, y proponen la zona de San Niccolò, en el Lido, para que los turistas sean llevados a Venecia en ferris.
Esta hipótesis no convence a las autoridades locales ni a la industria de cruceros, que plantean que estos barcos sigan llegando a la Estación Marítima de Venecia, aunque por una vía alternativa a la actual: a través del Canal Vittorio Emmanuele III, sin pasar por el centro histórico.