Los refugiados que intentan llegar a Europa huyen de los conflictos bélicos. La mayoría son sirios que hacen una primera escala en Turquía antes de entrar en suelo europeo por las islas griegas. Una vez en Grecia cruzan la frontera con Macedonia y se dirigen a Serbia antes de recalar en Hungria.
Es el paso previo a la anhelada llegada a Alemania, después de un largo y precario viaje de varias semanas o meses en el peor de los casos.
Sólo en el mes de julio se han registrado más de 50.000 nuevas llegadas al país. La mayoría tiene como meta llegar a los países más desarrollados de la Unión Europea.
La presión migratoria en el Mediterráneo es asfixiante. En las últimas 24 horas, la marina italiana ha rescatado a más de 4.000 personas. Después de varios días navegando a la deriva, un grupo de casi 300 inmigrantes ha sido rescatado frente a la costa de Sicilia.
El ministro de exteriores italiano ha alertado a Europa: "o actúa ante la migración o sus pilares peligran".
Uno de los países que soporta mayor presión migratoria es Grecia. Ha recibido, -sólo en este fin de semana-, a miles de inmigrantes.
Esta mañana ha vuelto a llegar otro barco con 2.000 personas en su mayoría refugiados sirios. Pero no se quieren quedar allí, van directo a la estación central. La mayoría decían que no quieren perder ni un sólo minuto en este largo camino por el miedo a que se cierre la frontera con Hungría y no puedan pasar a Alemania.
En la vecina Macedonia, en la frontera con Grecia, parece que la situación empieza a normalizarse. Hoy se han habilitado además de trenes, autobuses para esos cientos de refugiados que llegan todos los días para recorrer la ruta de los Balcanes.