Una morgue en el fondo del mar. Es lo que descubrieron los submarinistas el 3 de octubre del año pasado. 366 personas se ahogaron en un pequeño barco frente a las costas de Lampedusa. El video, grabado por los equipos de rescate, es una prueba del horror que vivieron durante los tres dias en los que estuvieron sacando cadáveres.
Cuerpos amontonados de mujeres, hombres y niños atrapados entre los hierros de la bodega. Una pareja, que aun permanece abrazada, esperó su muerte sobre la cubierta. A pocos metros y sobre la arena, más cadáveres. 41 de ellos niños. Muchos llevan la pequeña bolsa con la que se echaron al mar atada a sus manos.
Cada uno de ellos pago 3.000 euros por un viaje hacia el infierno. Procedían de Eritrea, Somalia y Gana. 155 tuvieron más suerte y lograron salvarse tras pasar la noche entera flotando en medio de la nada.
Un espectáculo dantesco que la prensa ha titulado 'Asi muere un inmigrante'. El Papa -que ha visto las imágenes- ha vuelto a hablar de verguenza y ha dicho que dan ganas de llorar.
El Gobierno italiano, desbordado con la llegada de inmigrantes, ha amenazado con abrir sus fronteras hacia otros paises si Europa no les ayuda. Hace dos días otra barcaza con 400 ilegales naufragó a 100 kilómetros de Lampedusa. Sólo se salvaron 200 personas.
