Alexéi Navalny
“Moriré en prisión”: salen a la venta las memorias póstumas del opositor ruso Navalny
Su viuda presenta la publicación titulada "Patriota" en más de treinta países alrededor del mundo, aunque Rusia y Bielorrusia no están incluidos en la lista.
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"La única cosa a la que deberíamos temer es dejar nuestra patria a merced del saqueo de una banda de mentirosos, ladrones e hipócritas". Es uno de los fragmentos escritos por el opositor ruso silenciado por Vladimir Putin y muerto en extrañas circunstancias en una prisión del Ártico en febrero de 2024.
Alexéi Navalny, conocido internacionalmente por su idealismo, fue alcanzado un pesimismo que ha quedado reflejado en sus escrituras: "Pasaré el resto de mis días en prisión y moriré aquí", escribió en marzo de 2022, según extractos de sus memorias póstumas publicados el viernes por la revista 'The New Yorker'.
A menos 40 grados en una prisión del Ártico
El opositor ruso estaba cumpliendo una condena de 19 años en una prisión del Ártico, ubicada en Siberia, en la que las temperaturas se acercan a los -40 °C en invierno, cuando falleció a los 47 años el 16 de febrero de 2024. Esa misma mañana, el Servicio Penitenciario Federal aseguró que falleció tras sufrir un colapso. Afirmaron que “se sintió mal” y luego “casi inmediatamente perdió el conocimiento”.
Este destacado opositor del presidente Vladimir Putin había sido encarcelado en Rusia desde enero de 2021, tras recuperarse en Alemania de un envenenamiento que casi le costó la vida. Un incidente del que Margarita Simonyan, la directora de RT, el principal medio de propaganda ruso, no le dio ninguna importancia en público, sugiriendo que solo había tenido un "bajón de azúcar". Navalny fue arrestado inmediatamente al cruzar el control de pasaportes en Moscú; el país que había dejado en ambulancia lo recibió de nuevo en un furgón policial. Al año siguiente, estalló la guerra, intensificando la represión contra los activistas hasta el último rincón del país.
"No habrá nadie a quién decir adiós. Todos los cumpleaños se celebrarán sin mí. Nunca veré a mis nietos. No seré el tema de ninguna historia familiar. No estaré en ninguna fotografía"
En otra parte de su obra póstuma, describe con detalles cómo era su jornada: "Siete horas en la máquina de coser, sentado en un taburete que queda por debajo de la altura de mis rodillas". Después del trabajo, añade, "permaneces sentado durante horas en un banco de madera, bajo la mirada de un retrato de Putin. Eso sí que es una verdadera actividad disciplinaria", comenta con un toque de humor.
La editorial Knopf lanzará una versión en ruso
A pesar del claro tono pesimista y desesperanzado de sus escrituras, eso no le ha impedido utilizar en ciertas partes de la obra la ironía, como por ejemplo, al compararse con el presidente ruso: "Putin hace que sus ministros esperen en la sala durante unas seis horas, y mis abogados deben aguardar cinco o seis horas para poder verme".
La editorial estadounidense Knopf planea lanzar una versión en ruso. Desde su muerte, muchos rusos que antes pasaron por alto sus llamados a la protesta han comenzado a interesarse por su figura y se han identificado con el sufrimiento de su esposa, Yulia Navalnaya.
Aunque la muerte de Navalny provocó la condena unánime de los gobiernos occidentales, en Rusia logró el efecto que el Kremlin pretendía: reforzar la creencia de que el miedo es la mejor guía para relacionarse con el gobierno.
“El hombre que el régimen de Putin temía”
La última entrada de su diario, publicada por 'The New Yorker', es del 17 de enero de 2024. En ella, el opositor reflexiona sobre una pregunta universal: ¿Por qué regresé a Rusia? "No quiero abandonar mi país ni traicionarlo. Si mis convicciones tienen valor, deben estar respaldadas por la disposición a defenderlas y a hacer sacrificios cuando sea necesario". Su viuda, Yulia Navalnaya, siempre le recordará como “el hombre que el régimen de Putin temía”.
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