Estados Unidos
Muere un afroamericano en una cárcel de Carolina del Sur en una nueva polémica actuación policial
Jamal Sutherland, un afroamericano que sufría de trastorno bipolar y esquizofrenia, se negó a salir de su celda para comparecer ante el tribunal, lo que provocó la intervención de los agentes con gas pimienta y pistolas taser.
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Estados Unidos vuelve a vivir un nuevo episodio en el que la actuación policial es más que polémica. En este caso ha sido en una cárcel Carolina del Sur, donde se investiga la muerte de Jamal Sutherland, un afroamericano que sufría de trastorno bipolar y esquizofrenia.
Las imágenes muestran como los agentes rocían con gas pimienta a Sutherland y se puede apreciar claramente cómo le dan descargas con una pistola taser en varias ocasiones cuando el recluso se resistía a salir de su celda para comparecer ante el tribunal.
En prisión por un delito menor
Jamal Sutherland sufría de trastorno bipolar y esquizofrenia. Había estado ingresado en una clínica de salud mental, pero fue encarcelado por un incidente en el centro de salud. El pasado 4 de enero fue acusado de un delito menor de agresión simple a uno de los miembros del personal de enfermería. Por ello, le trasladaron a la prisión de Carolina del Sur.
Sutherland tenía que comparecer ante el tribunal de Justicia acerca de su fianza por este delito, pero, al parecer, se resistió a abandonar su celda. Esto provocó la intervención de los agentes de seguridad, que terminó con la muerte de Jamal Sutherland.
El incidente que finalmente provocó su muerte sucedió al día siguiente en el Centro de Detención del Sheriff Al Cannon en North Charleston.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ya investiga lo sucedido, mientras que los agentes implicados en el suceso ya han sido despedidos, como ha reconocido Kristin Graziano, sheriff del condado de Charleston, en un comunicado.
Carolina del Sur fusilará a los condenados a muerte
La muerte de Jamal Sutherland en una nueva polémica policial en Carolina del Sur ha sucedido pocos días antes de que el gobernador del estado, Henry McMaster, promulgara una ley que posibilita las ejecuciones de los condenados a muerte con pelotones de fusilamiento y el uso de la silla eléctrica.
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"A las familias y seres queridos de las víctimas se les debe un final y justicia por ley. Ahora, podemos proporcionarlos", señalaba McMaster en un mensaje en su cuenta de Twitter.
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