Brasil
Muere un niño tras pasar 18 horas en un pozo de 6 metros en Río de Janeiro
El menor pasó 18 horas dentro del pozo y aunque fue rescatado con vida por los bomberos, murió a las pocas horas de llegar al hospital.
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Una desgracia ha azotado la ciudad de Rio de Janeiro, Brasil, desde el día de ayer. El día de ayer un niño de tan solo ocho años de edad cayó en un pozo que tenía cerca de seis metros de profundidad. Los sucesos han tenido lugar en una zona rural de la pequeña localidad de Carmo do Paranaíba, en el estado brasileño de Minas de Gerais, al sudeste del país.
El pequeño murió este lunes tras pasar 18 horas angustiosas en el hoyo, pese a haber sido rescatado por los bomberos del servicio de emergencias.
Tal y como han informado desde el Cuerpo de Bomberos de Minas Gerais, el menor, conocido como Pedro Augusto Ferreira Alves, fue rescatado con vida del pozo, pero no resistió y tras ser trasladado a un hospital murió horas después. El comandante de la operación de rescate y teniente coronel de los bomberos, Thiago Lacerda Duarte explicó que “en el momento en que lo retiramos del pozo, el niño ya sufría con una disminución de su nivel de conciencia y con un paro cardiorrespiratorio".
El teniente, quien comando toda la operación de rescate durante varias horas, también añadió que "pese a que teníamos un equipo médico a disposición en el lugar del accidente y una ambulancia, que lo condujo al hospital, infelizmente murió".
Según sus familiares, el niño estaba jugando con otros menores en la tarde del domingo y cayó accidentalmente al hoyo de una obra en un antiguo vertedero de basuras próximo a su residencia. El cuerpo de Bomberos fue avisado de inmediato e iniciaron las tareas oportunas para realizar el rescate esa misma tarde. Se movilizaron unos veinte socorristas, pero estos mismos debieron superar numerosas dificultades para poder alcanzar e izar al niño, ya que había temor de provocar un deslizamiento que pudiera sepultar al pequeño. El rescate sólo fue posible gracias al hoyo paralelo cavado por los bomberos, cuyo objetivo era evitar precisamente los deslizamientos de tierras en el pozo principal.
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