El papa Francisco ha muerto a los 88 años. El Pontífice ha fallecido este lunes a las 7:35 horas en su residencia de la Casa Santa Marta. Así lo ha anunciado en un vídeo mensaje el camarlengo, el cardenal Kevin Joseph Farrel. Hace dos meses, tuvo que ser hospitalizado por problemas respiratorios y tuvo que suspender su agenda. Tras recibir el alta, había realizado apariciones sorpresa.

"Con profundo dolor tengo que anunciar que el papa Francisco ha muerto a las 7.35 horas de hoy, el obispo de Roma ha vuelto a la casa del padre, su vida entera ha estado dedicada servicio del Señor y de su Iglesia y nos ha enseñado el valor del evangelio con fidelidad, valor y amor universal y en manera particular a favor de los más pobres y marginados", ha lamentado el cardenal Farrel. "Con inmensa gratitud por su ejemplo como discípulo del Señor Jesús recomendamos el alma del papa Francisco al infinito amor misericordioso de Dios Uno e trino", agregaba en un vídeo grabado en la capilla de la Casa Santa Marta en el que también aparecen el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin y el sustituto de la secretaria de Estado, el venezolano Edgar Peña Parra.

Este domingo, el papa Francisco había vuelto a hacerse presente al reaparecer para impartir con esfuerzo la bendición pascual 'urbi et orbi' a la ciudad y al mundo. Saludó a las 35.000 personas presentes dando una vuelta en papamóvil. Ocurría esto tras una Semana Santa en la que por primera vez en su pontificado se vio obligado a delegar a otros cardenales los principales ritos y a limitar su presencia debido a su convalecencia.

Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en el barrio de Flores, Buenos Aires, Argentina, en el seno de una familia modesta. Bergoglio trabajó limpiando el suelo de una floristería e incluso como portero de discoteca, pero a los veintiún años decidió convertirse en sacerdote. En 1958 se unió al noviciado de la Compañía de Jesús ingresando en el seminario, lo que décadas después le convertiría en el primer papa hispanohablante desde los Borgia y el primer jesuita pontífice.

Dominaba los idiomas español, italiano, latín y alemán, además hablaba con soltura inglés, francés, portugués, ucraniano y piamontés (dialecto italiano). Fue consagrado obispo titular de Auca en 1992, para ejercer como uno de los cuatro obispos auxiliares de Buenos Aires. En 1998 recibió el cargo de arzobispo de Buenos Aires y durante el consistorio del 21 de febrero de 2001, el papa Juan Pablo II le nombró cardenal del título de san Roberto Belarmino.

El 13 de marzo de 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI y tras al menos cuatro votaciones en un cónclave que duró 25 horas y media con dos fumatas negras, los 115 cardenales electores, inclinaron la votación a su favor y fue elegido el Papa 266, teniendo 76 años.

Se impuso el nombre de Francisco en memoria de San Francisco de Asís, convirtiéndose en el primer americano y el primer miembro de la compañía de Jesús en dirigir la Iglesia católica, y el primer Papa no europeo desde el sirio Gregorio III en 741. La fumata blanca se alzó sobre el cielo de Roma a las 19:08 de ese 13 de marzo.

Conocido en su Argentina natal por lavar y besar los pies a marginados y enfermos, ese gesto siguió con él en el vaticano. Siempre estuvo cerca de pobres, desamparados y refugiados... para él esa era la esencia de su misión. Con él llegó al vaticano, la sencillez y la austeridad; y su estilo cercano llamó la atención en todo el mundo protagonizando portadas de revista como The Rolling Stones o Time.

El papa Francisco fue un férreo defensor del diálogo entre religiones. Su pontificado estuvo marcado por la pandemia, los escándalos de pederastia y corrupción en la curia y también la oposición de los más conservadores.

Su convivencia con el papa Benedicto XVI

Durante la primera década, Francisco convivió a tan solo unos cientos de metros con otro papa emérito, Benedicto XVI. Fue algo inédito, como también lo fue el funeral de Benedicto XVI: el 31 de diciembre de 2022, por primera vez en 600 años, un papa despidió a otro. Ése día por la mañana, en el centro de la Plaza de San Pedro, Francisco permaneció varios segundos con los ojos cerrados, la cabeza inclinada y una mano sobre el ataúd de su predecesor dejando una imagen para la historia.

Ahora, el papa Francisco, el papa de la calle, el pastor con olor a oveja como solía describirse... se va dejando abiertas reformas irreversibles que tendrá que completar su sucesor.

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