Cinco niños murieron y otras siete personas resultaron heridas en un ataque talibán en el este de Afganistán durante la jornada electoral, que discurre con más violencia que en la primera vuelta, informaron fuentes oficiales.
"A primera hora de la mañana los talibanes dispararon un cohete contra una zona residencial del distrito de Alisher que causó la muerte de los cinco niños de 13 y 14 años", dijo el portavoz del gobernador adjunto de la provincia de Khost.
Los afganos comenzaron a votar esta mañana en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales para elegir al sucesor de Hamid Karzai, en unos comicios marcados por la retirada a finales de año de las fuerzas de la OTAN.
Se han registrado diversos ataques talibanes en varias zonas del país, la mayoría sin víctimas mortales, incluido el lanzamiento de dos cohetes contra el aeropuerto de Kabul. En la ciudad de Ghazni se registró un ataque con cohete contra la vivienda del gobernador provincial y una bomba explotó cerca de un instituto femenino, afirmó el portavoz del Gobierno local, Mohamed Alí Ahmadi.
Los insurgentes reclamaron en un comunicado a los líderes religiosos, académicos y profesores, entre otros, que pidan a la gente que no vote, y advirtieron de que si se acercan a los centros de votación se considerará una "ayuda a los infieles".
La votación enfrenta al exlíder de la resistencia antitalibán Abdulá Abdulá y al tecnócrata Ashraf Gani, los dos candidatos que consiguieron el mayor número de votos en la primera vuelta el pasado 5 de abril, mientras que otros seis aspirantes fueron eliminados.
Adbulá, de padre pastún, etnia que representa el 40% de la población afgana, y madre tayika, obtuvo el 45% de los votos en la primera vuelta, menos del 50% que le hubiese otorgado la victoria.
Por su parte, Gani, pastún, consiguió el 31,6%, frente al 3% con el que quedó en cuarto lugar en las anteriores elecciones de 2009.
Los comicios se celebran en un momento en que las tropas de la OTAN en Afganistán se hallan en pleno proceso de retirada y transfieren gradualmente las competencias de seguridad a la Policía y al Ejército afganos.
Sin embargo, Estados Unidos ha anunciado que mantendrá unos 9.800 soldados en el país hasta completar su salida total a finales de 2016.