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EN UN RESTAURANTE DE BRISBANE, EN AUSTRALIA

Una mujer, pillada cuando ponía en práctica un truco para no pagar la cuenta: depositó un mechón de pelo en su plato

Una mujer ha sido captada por las cámaras de seguridad de un restaurante en Brisbane (Australia) depositando un mechón de pelo en uno de los platos para, posteriormente, quejarse al camarero y negarse a pagar la cuenta por el "mal trato recibido". La clienta chantajeó al trabajador con publicar una valoración negativa en la red y fue pillada por la dueña del local.

Un restaurante italiano de Brisbane (Australia) ha difundido un vídeo en el que muestra a una de sus clientas depositando un pelo en el plato de comida, la cual, posteriormente, se negó a pagar la cuenta por el “mal trato recibido”.

Según informa 'News.com', Sarah Biuso, una de las dueñas del local, notó la actitud insensible de la mujer y su marido desde que les facilitaron un sitio en el restaurante. Biuso, que lleva en el negocio de la hostelería desde hace 20 años, asegura que la clienta llamó para hacer una reserva con el Duque de Holanda como invitado.

“Mi hijo, que trabaja en el restaurante, tomó nota de la reserva, aunque le extrañó. Aún así, apuntó todo lo que le dijeron”, asegura Sarah.

A ambos no le parecieron aceptable la terraza, por lo que tuvieron que trasladarlos al interior. Una vez instalados, comenzaron a quejarse sobre el menú e intentaron combinar un plato principal con un entrante y pagar sólo por uno. Pero los hechos ocurrieron cuando la mujer, que cuestionaba constantemente lo que le servían, decidió depositar un mechón de pelo en uno de sus platos, negándose a pagar por él.

Biuso y su marido, que inauguraron el restaurante hace nueve meses, aseguran que estos clientes intentaron chantajear a su hijo con una valoración negativa en TripAdvisor en caso de cobrarle el plato.

La mujer llamó para hacer una reserva con el Duque de Holanda como invitado

“Fue muy maleducada, pero mi hijo no iba a complacerlos y regalarles el plato. Les dijimos que dependía de ellos si querían poner una valoración negativa pero que nosotros la vimos depositar el pelo en el plato y no íbamos a regalárselo”, añade Biuso.

Antes de que la mujer publicase la valoración en TripAdvisor, los dueños del local decidieron contactar con la página y contarles lo sucedido. A la mañana siguiente, el comentario de la mujer figuraba en el perfil del restaurante, aunque no por mucho tiempo, pues la página no tardó en eliminarlos.

“Si cometemos un error, nos disculpamos. Así es como nos enfrentamos a la gente y cómo lo hemos estado haciendo durante 20 años. Pero en esta ocasión, nos mantenemos firmes”, explica Sarah.

“Nos tomamos muy en serio las alegaciones de chantaje y los comportamientos de amenazas de nuestros clientes contra los dueños de los negocios”, explica TripAdvisor. “Está en contra de los términos y el espíritu de nuestra página. Así que animamos a los dueños a que reporten estos casos antes de que las valoraciones estén subidas”.

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