26 mujeres enamoradas de sacerdotes piden por carta al Papa que el celibato sea opcional

El amor es dogma esencial de la Iglesia católica pero cuando tiene una connotación romántica hay una excepción que se mantiene firme desde hace más un milenio, la que atañe a los sacerdotes. El debate sobre si esta norma debe ser abolida viene de muy lejos y le llega ahora al Papa Francisco, que ha recibido una carta de veintiséis mujeres que afirman estar enamoradas de sacerdotes católicos.

Las mujeres firmantes, que viven todas en Italia, solicitan al Pontífice que convierta el celibato en opcional. En la carta describen el "devastador sufrimiento" causado por la prohibición por parte de la Iglesia de que los sacerdotes mantengan relaciones sexuales o contraigan matrimonio. "Amamos a estos hombres y ellos nos aman a nosotras", dicen en sus cartas publicadas en la web Vatican Insider.

"Con humildad postramos a sus pies nuestro sufrimiento para que algo pueda cambiar, no sólo por nuestro bien si no por el de toda la Iglesia", añaden en el mensaje, firmado por sus nombres y la inicial de su apellido, acompañados por varios números de teléfono. Las mujeres piden reunirse con el Papa para explicarle la difícil situación, debido a que los sacerdotes se enfrentan con al dilema de abandonar su vocación o llevar su relación en secreto.

La Iglesia enseña que un sacerdote debe dedicarse íntegramente a su vocación, esencialmente tomando a la Iglesia como esposa, para poder cumplir su misión. Pero las mujeres dijeron al Papa que sus hombres serían capaces de servir a la Iglesia "con mayor pasión" si estuviesen apoyados por una mujer que les ama y por hijos.

El celibato de la Iglesia católica no es un dogma inamovible, pero es una tradición con más de 1.000 años. Los curas sí tienen permitido casarse en la iglesia anglicana y otras creencias protestantes, así como en la ortodoxa.

En las últimas décadas el Vaticano se ha enfrentado a varias presiones para que los sacerdores puedan casarse. Los partidarios de esta opción piensan que esto ayudaría a la falta de curas que experimentan algunas zonas. Algunos también lo han relacionado con el abuso sexual de menores, diciendo que podría derivar de la frustración sexual, argumento que la Iglesia ha rechazado afirmando que la pedofilia, dentro o fuera de la Iglesia, la sufren personas con problemas psicológicos.