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LAS EMPRESAS DEBEN AUMENTAR SUS AVANCES PARA CONTROLAR LOS MECANISMOS DE REVENTA
Reino Unido estudia multar de forma ilimitada a los revendedores de entradas
Los encargados de todos aquellos espacios virtuales que se dedican a revender e inflar los precios de entradas se enfrentarían al pago de multas ilimitadas establecidas por el plan del gobierno inglés.
Los revendedores que se encargan de comprar gran cantidad de entradas para venderlas posteriormente a precios más altos de los originales podrían enfrentarse a un número de multas ilimitadas establecidas por el Gobierno.
La Ley de Economía Digital explica que el uso de 'bots' para eludir los límites de compra de entradas que se pueden comprar será considerado un acto ilegal.
Las entradas compradas por estos robots suelen aparecer en sitios web secundarios a un precio mucho mayor del original, según informa BBC.
Algunos artistas reconocidos como Adele y Ed Sheeran se han posicionado a favor de esta iniciativa tomada por el Gobierno, pues han criticado a los revendedores y han pedido a sus seguidores que no compren en sitios secundarios.
Un informe sugiere que los vendedores de entradas deben de tener medidas 'anti-bot' más eficientes que detecten estos ataques y garanticen así, el respeto a las leyes existentes y los derechos del consumidor.
En el caso de que estas empresas no lleven a cabo estos avances, los ministros se encargarán de buscar nuevas medidas para lograr el objetivo de esta ley y que los consumidores no sean perjudicados.
Reino Unido no es el único país que ha tomado esta medida, pues el año pasado, el uso de esta tecnología en Nueva York se convirtió en delito después de que se encontrara que un 'bot' había comprado 1.000 entradas en un minuto para un concierto de U2 en el Madison Square Garden.
"Esta técnica está basada en un aganancia masiva que se hacen con el valor de la industria de la música y ponen los billetes fuera del alcance de los aficionados", dice Jo Dipple, presidente ejecutivo de representantes de la industria musical de UK Music.
"La prohibición de estos robots es un paso para asegurar el mercado de venta de entradas de forma legal y justa para todos los asistentes al concierto", añade Jo Dipple.
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