Lo que ahora es imposible para muchos, se ha hecho realidad para algunos aventureros. Estaban de ruta por el mundo cuando estalló la pandemia del coronavirus, lo que les permitió viajar por decenas de países y vivir las restricciones de cada uno de ellos.
Nil Cabutí, ingeniero catalán y apasionado del ciclismo, se dirigía a Singapur con su bici cuando, de repente, estalló la pandemia que ha conseguido paralizar al mundo entero.
Llegó a Italia el mismo día en que se decretó su cierre ante el aumento de contagios, por lo que conseguir alojamiento fue una misión imposible.
"Reservaba hoteles a través de 'Booking', pero cuando llegaba al establecimiento estaba cerrado. Yo ya había pagado, pero me decían que no podían alojarme. La gente tenía miedo a la covid", cuenta.
Además, las restricciones no fueron un muro fácil de flanquear. La novedad del coronavirus y el aumento de contagios en el país italiano hizo que todo fuera cambiando muy rápido, incluidos los cerrojos en las fronteras. Hasta 10 veces se topó con cierres perimetrales, lo que obligó a cambiar su ruta.
Se despidió entonces de la idea de llegar a Singapur, pero no se rindió en su aventura con la bici. Nil llegó a visitar hasta 43 países europeos recorriendo más de 45.000 kilómetros en 10 meses. Aunque también se encontró con las restricciones de cada uno de ellos.
Cuando Nil llegó a Polonia, la Policía protagonizaba las calles del país, insistiendo a la ciudadanía a través de megáfonos que se quedaran en sus casas.
Una situación muy diferente a la que vivió en Suecia, donde parecía que "menospreciaban el virus". Sin embargo, esa libertad se le acabó al pisar suelo francés, con sus respectivas restricciones y confinamientos.
Recorrieron Irán en furgoneta
Jaime y su pareja son otros de los aventureros que esquivan al coronavirus. A través de Instagram, ambos fueron publicando vídeos y fotografías de sus viajes en un momento en el que la pandemia cerró el mundo.
Estaban de ruta por Irán cuando todo estalló. Llegaron a estar 8 meses sin poder salir del país, por lo que aprovecharon para recorrerlo de arriba abajo en su furgoneta y con sus dos perros."Decidimos realizar nuestras cuarentenas particulares" sin dejar de disfrutar, cuenta Jaime.