Conmoción y dolor en la capital de Dinamarca, donde miles de personas desafiando al frío se ha reunido frente al centro cultural donde se produjo el primer tiroteo. En la sinagoga, donde el terrorista cometió el segundo atentado, se recuerda al vigilante muerto. Es considerado un héroe ya que según testigos evitó una matanza. En otras ciudades danesas: velas y silencio en señal de solidaridad con las víctimas. Una nación integradora que intenta asimilar que se ha convertido en objetivo yihadista.
Helle Thorning- Schmidt, primera ministra de Dinamarca, cree que la nación danesa es fuerte. "No vamos a aceptar que amenacen nuestras libertades y derechos. Y seré clara: el ataque a la minoría judía, es un ataque contra toda Dinamarca", apuntó.
Mientras la investigación no se detenie y se ha decretado prisión incomunicada para los dos detenidos de 19 y 22 años que niegan las acusaciones. Presuntamente pudieron suministrar armas al autor de los disparos Omar Hussein. Un delincuente conocido de la policía que según sus amigos odiaba a los judios. Su paso por la cárcel tras agredir a una persona en el metro lo radicalizó. Y quería unirse al Estado Islamico. Antes del antetado colgó un vídeo alabando a la yihad en las redes sociales. La policía intentan averiguar como consiguio esta arma y si era un lobo solitario o estaba integrado en una célula terrorista.