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EL PAÍS SE ABRE AL TURISMO EXTRANJERO
Una nueva ruta turística permitirá cruzar Corea del Norte en tren
Los turistas extranjeros podrán, por primera vez, recorrer el país norcoreano de un extremo a otro. La ruta comenzará a partir de octubre y atravesará cientos de kilómetros mediante antiguos carruajes de ferrocarril. Un intento de apertura al turismo extranjero aunque la hermética Corea del Norte sigue limitando el número de turistas occidentales a unos pocos miles al año.
Los turistas extranjeros tendrán, por primera vez, la posibilidad de cruzar Corea del Norte en tren de extremo a extremo a partir del próximo octubre, según ha informado la agencia de viajes Koryo Tours. La ruta comenzará el 2 de octubre en Pyongyang y recorrerá cientos de kilómetros a lo largo del país pasando por el turístico monte Myohyang y las ciudades de Hamhung y Chongjin (nordeste) en la costa oriental, ha indicado la agencia con sede en Pekín.
El itinerario "tendrá paradas en ciudades inexploradas como Sinpho y Kimchaek, así como en playas aisladas", según Koryo Tours. La agencia, que ofrece el paquete vacacional desde Pekín a un precio de 2.870 euros, destaca que los turistas viajarán en los antiguos carruajes de ferrocarril norcoreanos de los años 70. Hasta su término, el 12 de octubre, los visitantes pasarán los últimos días en Pyongyang, donde el día 10 se desarrollarán las celebraciones por el 70 aniversario de la fundación del Partido de los Trabajadores, brazo político del régimen comunista de los Kim.
Hasta ahora, el único modo de acceder a Chongjin para los extranjeros era un vuelo chárter, y aún así el acceso a esta ciudad y a la costa suroccidental está fuertemente restringido por las autoridades. La hermética Corea del Norte ha dado signos de querer abrirse al turismo extranjero, especialmente desde la llegada al poder del joven dictador Kim Jong-un en diciembre de 2001. En este sentido, esta semana se inauguró la nueva terminal de vuelos internacionales del Aeropuerto de Pyongyang, cuyas amplias y modernas instalaciones contrastan con la austeridad del antiguo aeródromo de la capital norcoreana. Aún así, el número de turistas occidentales se limita a unos pocos miles al año -entre 1.500 y 6.000, según diferentes estadísticas- y en ninguno de los recorridos se permite a los viajeros circular libremente por el país.
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