Una segunda tormenta de arena ha afectado a Estados Unidos, con sólo unos días de diferencia.
Esta vez, la gigantesca nube de polvo ha pasado cubriendo la ciudad de Phoenix.
La tormenta provoca problemas de visibilidad para los conductores y llena el cielo con una densa nube que bloquea la luz solar.
Con vientos de hasta 48 kilómetros por hora, la nube de polvo permaneció a unos novecientos metros sobre la ciudad.