Nuevas convocatorias de protestas en Irán por la confusión sobre el futuro de la policía de la moral

El anuncio de este domingo por parte del fiscal general de Irán de abolir la policía de la moral sigue sin ser confirmado por las autoridades, lo que está generando gran confusión y malestar entre los manifestantes. Activistas iraníes han llamado a protestar los próximos tres días con movilizaciones y huelgas por todo el país. Aseguran que el anuncio del fiscal es un gesto para mejorar la imagen del régimen.

En la ciudad de Saqqez, de donde era originaria la joven Masha Amini, este lunes buena parte de los comercios han amanecido con las persianas bajadas. Según los vídeos que varios activistas iraníes comparten en redes sociales, algunos barrios de esta urbe del Kurdistán, de unos 160.000 habitantes, se han sumado a la huelga convocada para los tres próximos días.

Es la repuesta de la calle al confuso anuncio de este domingo por parte del fiscal general del país en el que aseguraba la abolición de la policía de la moral, agentes que vigilaban la vestimenta de las personas y detenía sobre todo a las mujeres que no se cubrían de acuerdo con los códigos dictados por la República Islámica. Pero horas después medios oficiales afirmaron que se habían malinterpretado las palabras de Montazerí y que el cuerpo no ha sido suprimido.

Las convocatorias las lidera el colectivo Jóvenes de los barrios de Teherán pero rápidamente se han extendido a todo el país. Además del llamamiento a la huelga para hoy, este grupo de activistas y otros similares convocaron a los iraníes a manifestarse en los barrios el martes y ha reunirse en la céntrica plaza Azadi (libertad) el miércoles.

El motivo de las protestas en Irán

Irán vive inmerso en una inusual oleada de protestas desde el pasado 16 de septiembre. Ese día, la joven kurda Masha Amini murió en dependencias policiales después de haber sido detenida por llevar mal puesto el velo islámico. Desde entonces, miles de personas en todo el país se han manifestado para protestar contra el régimen de los ayatolás y por la falta de de derechos de las mujeres.

Las autoridades iraníes trataron de sofocar las protestas endureciendo la represión contra los manifestantes, que incluso han quemado retratos del líder supremo Ali Jamenei.

Las ONGs denuncian que en los casi tres meses de protestas, han muerto más de 400 personas y al menos 2.000 han sido detenidas y acusadas de diversos delitos por su participación de las movilizaciones. Seis de ellas han sido condenadas a muerte.

Las revueltas comenzaron por la muerte de la joven kurda de 22 años, han evolucionado y ahora los manifestantes piden el fin de la República Islámica fundada por el ayatolá Ruholá Jomeiní en 1979.

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