Atentado contra Trump

Los nuevos videos del atentado contra Trump revelan la falta de comunicación entre los diferentes cuerpos de seguridad

Un policía local estadounidense asegura que, cinco días antes del intento de asesinato al expresidente, advirtió a los Servicios Secretos de que había que proteger la azotea dónde se encontraba Matthew Crooks.

Nuevas imágenes atentando Trump

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Un mes después del intento de asesinato contra Donald Trump durante un mitin en Butler, Pensilvania, la Policía Local ha publicado nuevos videos que ellos mismos grabaron y que revelan la falta de comunicación entre los cuerpos de seguridad que vigilaban el acto.

Un minuto antes de que Croocks abriese fuego contra Trump, un agente de policía se asoma a la azotea donde se encontraba el tirador. Lo ve tumbado portando el rifle con el que un minuto después abriría fuego contra el expresidente: "Se ha girado y me ha mirado, hermano" comenta el agente. Acto seguido corre a avisar por radio a los agentes del Servicio Secreto: "¡Está en el tejado!" grita, pero el mensaje nunca llegó al centro de comando del Servicio Secreto, ni tampoco al personal de la administración del mitin.

Sobre este aviso, Ronald Rowe, el director en funciones del Servicio Secreto subrayó que los francotiradores no tenían "ningún conocimiento" de que había un hombre armado hasta que oyeron los disparos.

Uno de los agentes de Policía Local asegura que avisó hasta cinco días antes al Servicio Secreto de que ese tejado tenía que ser asegurado y vigilado, sin embargo, fueron ellos mismos los que le respondieron al policía que no se preocupase, que iban a poner a agentes ahí: "Se lo dije el maldito martes, que desplegaran hombres allí", "Me dijeron: no hay problema, vamos a poner hombres ahí", le dice el policía a otro compañero.

Falta de comunicación entre policías

La descoordinación entre los cuerpos acabó permitiendo que Matthew Crooks abriese fuego, ocho fueron los disparos que se llevaron la vida de una persona del público que asistió al mitin e hirió a Trump en la oreja, causándole una herida de dos centímetros, pasando a menos de 0,6 centímetros de su cabeza.

Un error que nadie entiende y que terminó costándole el puesto a la directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, que admitió que fue "el error operativo más significativo en el Servicio Secreto en décadas" y que tanto ella como su agencia fracasaron a la hora de proteger al expresidente.

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