El presidente de EEUU, Barack Obama, y su esposa, Michelle, recibieron en la Casa Blanca al mandatario francés, François Hollande, para la cena de gala con la que ha sido agasajado junto con otros 350 invitados, entre ellos el actor Bradley Cooper y la activista homosexual Edith Windsor.
Obama y la primera dama salieron a recibir a Hollande, que llegó en limusina a la puerta norte de la Casa Blanca, y los tres posaron durante unos segundos para los fotógrafos y cámaras de televisión. Por otra entrada de la residencia presidencial llegaron el resto de invitados.
Sin una primera dama francesa con la que retratarse, la colocación de Hollande en la mesa era uno de los detalles más comentado. Lo ha hecho en medio del matrimonio Obama. Una solucion protocolaria de última hora para una cena de honor que Obama solo reserva para los grandes aliados.
El menú ha estado a la altura de las ocasiones especiales, en el primer plato se ha optado por caviar de Illinois, acompañado de huevos de Pensilvania y doce variedades de patatas procedentes de Nueva York, Idaho y California. La ensalada, servida en un gran cuenco de vidrio, compuesta de rábanos, pequeñas zanahorias y lechuga con una vinagreta de vino tinto y fue un "tributo" a los cultivos de este invierno en el huerto de la primera dama.
El plato principal se compuso de carne de vacuno criada en una granja familiar de Greeley (Colorado), acompañada de queso azul de Vermont. En cuanto al postre, un pastel de chocolate hawaiano combinado con mandarinas de Florida y helado de vainilla.
Tras finalizar el banquete ambos mandatarios han coincidido en mantener la diplomacia como el eje de sus políticas internacionales.
Hollande termina este miércoles su viaje con la visita a Silicon Valley.
