Guerra Israel-Hamás

Un padre se alegra al saber que su hija de 8 años ha muerto en Israel: "La muerte fue una bendición"

El ataque de los terroristas de Hamás a un kibutz en Be'eri dejó tras de sí más de 100 fallecidos. A su vez, todavía se siguen buscando a un gran número de desaparecidos.

Niña de espaldas en un campo

Niña de espaldas en un campoPixabay

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"¡Sí!". Esta fue la exclamación de felicidad que profirió el padre de una niña de 8 años cuando encontraron el cuerpo de su hija, Emily Hand, que había sido asesinada por terroristas de Hamás.

Thomas Hand, irlandés residente en Israel, reveló en una desgarradora entrevista a CNN que se encontraba en su casa cuando empezó a escuchar los disparos. Unos terroristas esperaron agazapados a que llegara algún coche, cuando esto pasó, acribillaron a tiros al conductor y accedieron al recinto residencial matando casa por casa a todos los residentes que veían.

Emily estaba en casa de unos vecinos

En el momento del ataque, Emily se encontraba en la vivienda de unos vecinos haciendo una fiesta de pijamas, cosa que, según las declaraciones de su padre, era bastante inusual: "No lo hace muy a menudo, pero por desgracia esa noche, esa noche en particular, la noche del viernes, se fue a dormir a casa de su amiga".

Cuando empezaron a sonar las alarmas Hand no le dio mayor importancia ya que era bastante usual que estas se disparasen de forma casi diaria en el kibutz, es decir, el pueblo, ubicado en Be'eri. Sin embargo, una oleada de miedo y preocupación empezó a apoderarse de él cuando escuchó los disparos.

"Ya era demasiado tarde. Si lo hubiera sabido, tal vez habría podido correr, cogerla, coger a su amiga, coger a la madre y traerlas a mi casa. Pero cuando me di cuenta de lo que estaba pasando, ya era demasiado tarde", ha declarado Hand a la CNN.

Mientras que los terroristas de Hamás iban puerta por puerta asesinando a todos vecinos, Hand tuvo que permanecer inmovilizado durante más de 12 horas en las que no pudo contactar con Emily.

En este tiempo, recuerda cómo no paraba de repetirse que debía aguantar ya que "Emily ya había perdido a su madre", por lo que no podría arriesgarse a que "perdiera también a su padre". Es por esto que se aferró a la esperanza de que el Ejército llegaría pronto así que solo tenía que aguantar "un poco más".

"Hemos encontrado a Emily, está muerta"

Después de dos días de silencio, a Hand le comunicaron de forma "suave pero rápida" la muerte de Emily: "Hemos encontrado a Emily. Está muerta".

Una sensación repentina de alivio recorrió el cuerpo de Hand ya que era la mejor situación que podría imaginarse. "Dije '¡sí!' y sonreí porque esa era la mejor noticia de las posibilidades que conocía. Esa era la mejor posibilidad que yo esperaba. O estaba muerta o estaba en Gaza".

Este consuelo que sintió el padre de la fallecida se debe a que "si sabes algo de lo que hacen en Gaza" tienes constancia de que "es peor que la muerte". Tratan a los prisioneros de formas inhumanas y la pequeña no tendría comida ni agua. Además, estaría recluida en "una habitación oscura llena de Dios sabe cuánta gente y aterrorizada cada minuto, cada hora, cada día y los posibles años venideros".

"La muerte fue una bendición absoluta"

Es por esto que Hand ha declarado que la muerte fue "una bendición absoluta". A su vez, entiende lo paradójico que esto puede resultar ya que es un "mundo loco" en el que él está esperando que su hija "esté muerta".

El ataque terrorista dejó tras de sí más de 100 víctimas mortales y todavía se están buscando a unos cuantos desaparecidos. En el kibutz atacado vivían alrededor de 1.000 personas.

Hand logró ser uno de los supervivientes que fueron trasladados a un hotel cercano al mar Negro. Allí coincidió con el resto de sus vecinos: "Los amigos de Emily saben que no está aquí conmigo. Así que me preguntan qué le ha pasado, me miran y les digo que aún no lo sé. Pero entonces ven a sus padres abrazándome, llorando... los niños no son tontos, ni siquiera a esa edad, así que sólo con ver eso estoy seguro de que se dan cuenta".

Hand llevaba viviendo 30 años en Israel

Thomas Hand es un residente de Israel originario de Dublín, Irlanda, que lleva viviendo desde hace 30 años en un asentamiento a cinco kilómetros de la frontera con Gaza. Llegó a Be'eri como voluntario, planeando quedarse solo durante unos pocos meses. Sin embargo, nunca llegó a marcharse. Tras la muerte de su esposa debido a un cáncer, vivieron solos Emily y él.

Hand describió a su hija como una chica brillante y divertida con dotes para el baile y el cante.

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