Las renuncias se producen después de la investigación que ordenó el Papa en Chile y que corrió a cargo del obispo maltés Charles Scicluna. El pasado mayo, el papa Francisco mandó llamar a 34 obispos chilenos al Vaticano, que presentaron su renuncia en bloque de sus cargos tras reconocer que habían cometido "graves errores y omisiones".
Ahora, el Papa Francisco ha aceptado por el momento las renuncias de estos tres religiosos chilenos y ha nombrado administradores apostólicos "sede plena" en las tres diócesis.
Durante su viaje a Chile en enero de este año, Francisco había defendido a Barros, considerado uno de los encubridores del cura Fernando Karadima, condenado en 2011 por la Justicia canónica a una vida de reclusión y penitencia por violaciones y abusos sexuales a menores y las ramificaciones del caso. Pero a su regreso al Vaticano, Jorge Bergoglio ordenó desarrollar una investigación y tras conocer los resultados dijo que había sido mal informado, pidió perdón a todas las víctimas y recibió a alguna de ellas en el Vaticano.
El Papa ha nombrado en estas tres diócesis a un administrador apostólico "sede plena": En Puerto Montt (sur) ha designado a Ricardo Basilio Morales Galindo; en Valparaíso (centro), a Pedro Mario Ossandón Buljevic; y en Osorno (sur), a Jorge Enrique Conchua Cayuqueo, los dos últimos son obispos auxiliares de Santiago de Chile.
Francisco les pidió perdón en nombre propio y de la Iglesia y ellos a su vez le solicitaron que esas palabras se transformaran en "acciones ejemplares" para acabar con la pederastia. Este mes, volvió a abrir las puertas de su residencia, Casa Santa Marta, para reunirse con otro grupo de víctimas de abusos en su infancia.