La visita del Papa Francisco a Estados Unidos no sólo tiene un evidente calado político en pleno proceso de acercamiento a Cuba, sino también pastoral. La religión católica es la que más fieles ha perdido en el país en los últimos años.
Todos los Obama fueron a recibir al Papa Francisco a pie de pista. Un entusiasmo poco o nada compartido por los republicanos que le acusan abiertamente de poco católico y "comunista". Molestan sus opiniones sobre el cambio climático y las críticas a los excesos del capitalismo.
Obama destacó en su recibimiento al Papa Francisco su mensaje de que hay que practicar la misericordia con los refugiados y los inmigrantes. "Usted nos recuerda que 'el mensaje más poderoso del Señor' es la misericordia. Eso significa dar la bienvenida al extranjero con empatía y el corazón verdaderamente abierto", dijo Obama en referencia a los refugiados y los inmigrantes.
Los periodistas le han insistido sobre por qué no se reunió con la disidencia cubana, y el Pontífice les ha recordado que no había audiencias previstas. "No recibí ninguna audiencia privada. Eso es para todos y hubo una de un jefe de Estado y se le dijo que no", apunta.
Asimismo, Bergoglio aseguró que desconocía si se habían producido detenciones de disidentes durante su visita.
Ya en suelo norteamericano, el Papa se encuentra con un país donde la Iglesia se ha visto desprestigiada por los casos de pederastia y donde además ganan terreno otras religiones. El 22% son católicos, pero el tirón del Pontífice es evidente. En sólo dos minutos se agotaron las 10.000 entradas para escucharlo este fin de semana en Filadelfia.