En el Palacio de los Inválidos está la tumba de Napoleón y el Museo del Ejército, símbolo de la unidad nacional. Por eso el Elíseo consideró que éste era el mejor lugar para el homenaje, y el mejor momento, 15 días después de los atentados, cuando se ha acabado de identificar a todas las víctimas.
La guardia republicana ha entonado la Marsellesa, la melodia de una jornada que ha sido muy emotiva. Uno por uno, se escucharon los nombres de cada fallecido y se mostraron sus fotos proyectadas en una pantalla. Imágenes de jóvenes de hasta 20 nacionalidades diferentes que hoy han llorado sus familias.
Junto a ellas, el presidente Hollande, que ha recitado un discurso, y representantes de la política francesa como Sarkozy y Le Pen. No han faltado los heridos que se salvaron de la tragedia.
"Francia hará todo lo posible para destruir al ejército de fanáticos que cometió esos crímenes"
En total, 2.000 asistentes que han estado protegidos por fuertes medidas de seguridad. Un despliegue parecido al que ya vimos en Notre Dame dos días despues de la tragedia. Desde el 13 de noviembre, los homenajes a las víctimas no han parado, un día más el gobierno ha pedido a los franceses que demuestren unidad y patriotismo con la bandera tricolor.
El presidente francés, François Hollande, prometió hoy a las familias de las víctimas de los atentados del 13 de noviembre (13-N) que "Francia hará todo lo posible para destruir al ejército de fanáticos que cometió esos crímenes", durante el homenaje solemne de la nación. "Francia no cambiará. Si necesitamos un motivo para seguir en pie, para luchar por nuestros principios, para defender los valores de nuestra República, lo encontraremos en su recuerdo", afirmó Hollande en un discurso sobrio en el palacio de los Inválidos, entre ellas los familiares de la mayor parte de las 130 víctimas mortales de los atentados.
El presidente aseguró que los franceses seguirán "viviendo sus vidas, saliendo a las terrazas, acudiendo a conciertos y a los estadios de fútbol", escenarios de los atentados del 13-N. Hollande se refirió a la juventud golpeada por los atentados, puesto que el 60 % de las víctimas tenía menos de 35 años, la edad media de todos ellos.
Bautizada como "generación Bataclan", por el nombre de la sala de fiestas que se convirtió en el principal escenario de los crímenes del 13-N, Hollande les mostró su confianza.
"El 13 de noviembre quedará en sus memorias como una iniciación a la dureza del mundo y como una invitación a afrontarla", aseguró el presidente, convencido de que la juventud francesa "está herida pero no atemorizada" y se mantiene "lúcida y emprendedora". "Estoy convencido de que esa generación mostrará su grandeza y vivirá plenamente en nombre de los muertos que lloramos hoy. Pese a las lágrimas, esta generación es el rostro de Francia", aseguró.
"El 13-N quedará en la memoria de la juventud francesa como una iniciación a la dureza del mundo y como una invitación a afrontarla"
Marcado por los símbolos nacionales, con los colores azul, blanco y rojo de la bandera francesa, el homenaje comenzó y acabó con La Marsellesa. Entre medias sonaron las notas de 'Quand on a que l'amour', de Jacques Brel, y 'Perlimpinpin', de Barbara, interpretadas por las populares cantantes Nolwenn Leroy, Camelia Jordana y Yael Naim, además de la lírica Natalie Dessay, mientras los rostros de las víctimas desfilaban en una pantalla gigante.
Sus nombres fueron leídos antes de que un minuto de silencio, roto por las notas del violonchelo de Edgar Moreau que interpretó a Bach, diera paso al discurso de Hollande.