Publicidad

EXHAUSTIVOS CONTROLES EN MEZQUITAS, TRANSPORTE Y ZONAS COMERCIALES

París vive un viernes de oración musulmana en medio de una estricta seguridad

Una semana después de los atentados que provocaron 130 muertos en la capital francesa, París vive este viernes una jornada de tensión donde se mezclan los llamamientos a la concordia de los líderes religiosos musulmanes, con las estrictas medidas de seguridad establecidas en mezquitas, transportes o centros comerciales.

La Gran Mezquita de París se ha blindado este viernes de oración musulmana con cacheos, detectores de metales y mucha vigilancia. Los fieles hacen cola y esperan pacientemente bajo la lluvia para poder entrar, ya que la seguridad es máxima tras los atentados del pasado 13 de noviembre. Hasta una pequeña navaja es requisada, e incluso pueden verse francotiradores en el minarete central.

"Mirad todos los controles que hay. Incluso están dentro de la mezquita, y es que los terroristas también han matado a musulmanes", dice uno de los fieles. "Hay mucha policía hoy, pero yo no tengo miedo", apunta otro.

La comunidad musulmana es objetivo de Daesh. No sólo son sus principales víctimas en Irak y Siria, sino también en los atentados de París del viernes 13, en los que murieron 1once musulmanes. Las máximas autoridades religiosas insisten en recordar que el Islam no tiene nada que ver con la violencia.

Califican a los terroristas de ladrones y delincuentes que nunca han leído el Corán y reconocen que tienen miedo, pero sobre todo les preocupa la imagen que unos pocos desalmados están dando de su religión.

En las zonas comerciales de París por excelencia, los controles a las entradas de los grandes almacenes son continuas. Los agentes de seguridad piden aleatoriamente a los clientes que muestren sus bolsos o mochilas y que se abran los abrigos.

Unas exhaustivas medidas de seguridad que tanto parisinos como turistas asimilan con normalidad. "Nos han recomendado amigos que no vayamos con las maletas, porque nos van a hacer abrirlas en todos los sitios", dice una turista española. "Me siento mucho más segura ahora con toda la policía y los militares aquí", añade una visitante norteamericana.

Policías y soldados patrullan metro a metro todos los recintos de transporte público, también los museos se han fortificado. La psicosis ante un nuevo atentado es tangible y el sentimiento de defensa se ha incrementado. Más de 1.500 jóvenes se han presentado voluntarios para alistarse en el ejército en los últimos días.

Publicidad