Tan sólo trece 13 votos han sido suficientes para que la moción del Gobierno británico, que defendía una acción militar "legal y proporcionada" en Siria, sea rechazada por el Parlamento británico. Con 272 votos a favor y 285 en contra, Londres ha plasmado su opinión sobre la supuesta intervención militar en Siria, rechazando cualquier tipo de ataque contra el régimen de Bashar Al Asaad.
"Creo firmemente en la necesidad de responder con contundencia al uso de armas químicas, pero también creo en el respeto a la Cámara de los Comunes”, explicó David Cameron, “me queda claro que el Parlamento, reflejando la voluntad popular, no quiere ver al Ejército británico en acción. Lo entiendo y actuaré en consecuencia”. Con estas palabras acata la decisión de la Cámara Baja, a pesar de mostrarse convencido de que el ejército sirio gaseó con armas químicas a la población civil. Unas acusaciones que para muchos carecen de validez sin pruebas concluyentes.
El ministro de Defensa británico, Philip Hammond, confirmó que la negativa del Parlamento obliga al Reino Unido a evitar involucrarse en una acción internacional contra Siria. Hammond señaló a la cadena BBC que Estados Unidos "estará decepcionado por el hecho de que el Reino Unido no estará involucrado", si bien subrayó que no cree que la ausencia británica "detenga cualquier acción" contra el régimen de Bachar al Asad.
David Cameron: "me queda claro que el Parlamento no quiere ver al Ejército británico en acción"
Ahora, el primer ministro tendrá que esperar como pronto hasta el lunes para ver si los parlamentarios cambian de parecer una vez que se haga público el informe de los expertos de Naciones Unidas que se encuentran todavía en Damasco.
Desde la Casa Blanca quieren dejar claro que ellos toman sus propias decisiones y que no les va a temblar el pulso, aunque la falta de apoyo por parte de Londres pueda suponer una disminución en la duración de los ataques sobre Siria y el número de objetivos militares. Varias fuentes del gobierno estadounidense citadas por la cadena CNN y el diario "The New York Times" coincidieron en asegurar que Obama optaría por una intervención en Siria, incluso si sus aliados británicos decidieran respetar la voz del Parlamento y no participar en el castigo al régimen de Bachar al Asad.
Por su partes, Bashar Al Asad niega haber bombardeado su pueblo con armas químicas, y asegura que Siria responderá ante cualquier agresión exterior. Una ragata francesa, porta aviones y submarinos estadounidenses, aviones británicos y buques rusos rodean la región, que se ha convertido ya en un campo batalla a falta de que alguien dispare primero.
Mientras tanto, los inspectores de Naciones Unidas siguen trabajando en las calles de Damasco. Abandonaran el país mañana tras dar a conocer los resultados preliminares de la investigación. Se espera que puedan determinar si existió un ataque con armas químicas. Una vez publicado, los parlamentos de Reino Unido y Francia decidirán si apoyan la intervención militar que lidera Estados Unidos.