Pesca
Pescar en tiempos de cambio: el acuerdo que redefine la sostenibilidad en el Mediterráneo y Atlántico, en la viñeta gráfica
Alfredo Boto, con su viñeta gráfica, ilustra el histórico acuerdo pesquero alcanzado en Bruselas que busca equilibrar sostenibilidad y viabilidad económica en el Atlántico y Mediterráneo.
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Los ministros de Pesca de la Unión Europea lograron en la madrugada del pasado miércoles un acuerdo unánime en Bruselas para definir las condiciones de pesca en las aguas comunitarias del Atlántico y el Mediterráneo durante 2025.
Tras dos días de intensas negociaciones, se alcanzó un pacto que busca equilibrar la sostenibilidad de las poblaciones marinas con la viabilidad económica del sector pesquero, una cuestión que había generado tensiones significativas, especialmente entre países como España, que se oponían a la reducción drástica de los días de pesca propuesta inicialmente para el Mediterráneo.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, celebró los "buenos resultados" del acuerdo, que incluye medidas compensatorias para mitigar el impacto socioeconómico de los recortes. Gracias a estas medidas, los barcos de arrastre del Mediterráneo podrán operar casi los mismos días que este año, 130, frente a los 27 días propuestos inicialmente.
"El acuerdo alcanzado hoy permitirá mantener las poblaciones de peces en niveles sostenibles y proteger el entorno marino, al tiempo que se considera también la viabilidad del sector", destacó la presidencia húngara del Consejo de la UE en redes sociales.
Un mecanismo de compensación
El comisario europeo de Pesca, Costas Kadis, explicó que el acuerdo incluye un mecanismo de compensación que permitirá a los pescadores aumentar sustancialmente los días de faena si adoptan prácticas sostenibles, como el uso de artes selectivos o el cierre de áreas sensibles a la pesca. "Si un barco utiliza todas las medidas previstas, podrá pescar los mismos días o casi los mismos días que pescó este año", aseguró Kadis.
Además, estas iniciativas contarán con financiación del Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y Acuicultura, para facilitar la transición hacia métodos más sostenibles.
El acuerdo también trae buenas noticias para la flota española del Atlántico, que ve cumplidas sus expectativas. Entre los avances más destacados se encuentran ligeros aumentos en las cuotas de especies clave como la merluza sur, el rape y el gallo, mientras que la cigala del Cantábrico duplica su cuota respecto al año anterior. Sin embargo, el jurel sufre un significativo recorte del 65,9%, lo que podría afectar a ciertas flotas y mercados.
Este histórico acuerdo refleja, además, los desafíos que plantea el cambio climático para la pesca. El calentamiento de los océanos y la alteración de las especies marinas obligan a replantear la gestión de los recursos pesqueros, tal y como advierten expertos como Myron Peck, que subraya la necesidad de ajustar las zonas de pesca, diversificar especies y proteger ecosistemas vulnerables para asegurar el futuro de las comunidades costeras.
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