En el momento del siniestro el aparato los mandos estaban en manos de Lee Kang Kook, de 46 años, un piloto con "mucha experiencia" con otros aviones como Boeing 747, 737 o Airbus 320 desde que comenzó a pilotar, en 1994, pero "estaba en periodo de prácticas con el B777", ha reconocido Lee Hyo Min en declaraciones al diario 'Los Angeles Times'.
Lee Hyo Min ha matizado que el copiloto era Lee John Min, de 49 años. Lee John Min "tiene más experiencia", con más de 12.000 horas de vuelo. "Tenía mucha experiencia con el B777", ha asegurado.
Desde el Ministerio de Transportes surcoreano se remiten a la investigación, que podría durar meses o años. "No podemos concluir que el accidente haya sido causado por un error del piloto. Sólo se podrá confirmar esto cuando haya un análisis de todos los datos relacionados", ha señalado el director de la oficina de aviación del Ministerio de Transportes surcoreano, Choi Jeong Ho, en declaraciones a la agencia de noticias Yonhap.
El avión se estrelló el sábado cuando se aproximó con muy poca altitud a la pista del Aeropuerto Internacional de San Francisco e impactó contra el muro de hormigón que separa la pista de la bahía de San Francisco. Dos de las 307 personas que viajaban en el avión murieron en el incidente y otras 181 resultaron heridas.
Ya se ha abierto una investigación conjunta para determinar las causas del accidente y las autoridades surcoreanas han enviado un equipo de seis personas para participar en las pesquisas.
El Gobierno surcoreano ha informado de que la investigación se hará de forma conjunta con las autoridades estadounidenses, aunque ha advertido de que podrían pasar meses, incluso años, hasta que haya conclusiones, según informa la agencia de noticias surcoreana Yonhap.
El primer paso de la investigación ha sido entrevistar a los cuatro pilotos de la tripulación, que se encuentran alojados en un hotel de San Francisco. También se ha podido determinar que fue la cola del aparato la que impactó contra el muro de hormigón.
El Ministerio de Transportes surcoreano ha ordenado además una inspección de los 48 aviones Boeing 777 de Korean Air y Asiana Airlines y cursos de formación para los pilotos sobre aeropuertos complicados, incluidos los que tengan muros de hormigón como el de San Francisco.