Ingrid Betancourt ha desatado una oleada de críticas en Colombia, después de exigir una indemnización al Estado de cinco millones de euros por los seis años que las FARC la mantuvieron secuestrada.
Sostiene que el Estado no la protegió. La prensa colombiana la ha calificado de egoísta y finalmente, Ingrid ha dicho que se arrepiente y que sólo buscaba una reparación simbólica.
Betancourt ha querido zanjar el debate. "No hay ningún ataque contra el Gobierno que me liberó ni contra el presidente Álvaro Uribe, a quien le debo todo el agradecimiento y reconocimiento. No hay una demanda contra las Fuerzas Militares, que me sacaron de las garras de las FARC", dijo al responsabilizar totalmente a los rebeldes de su secuestro.
Anotó también que "es necesario que lo que me sucedió a mí no le vuelva a suceder a nadie y me parece importante que los ciudadanos podamos conversar con el Estado colombiano, y analizar los fallos y decirle cuando algo está mal".