La Policía de Grecia ha utilizado gases lacrimógenos este viernes para dispersar un improvisado campamento que se ha formado cerca de la frontera con Macedonia del Norte, ante los falsos rumores que se han propagado de que iba a abrir la frontera entre ambos países, una situación parecida a la que se ha producido también en Turquía.
Cientos de inmigrantes y refugiados se dirigen desde el jueves a Diavata, en el norte de Grecia, atraídos por los rumores difundidos en las redes sociales de que la frontera entre Grecia y Albania va a abrir a principios de abril.
A primera hora de la mañana, los inmigrantes habían plantado más de 100 tiendas de campaña en Diavata, desde donde un grupo de personas ha intentado dirigirse hacia la frontera con Macedonia del Norte, un movimiento que ha sido respondido con gases lacrimógenos por parte de la Policía. Las imágenes de la televisión local también mostraban arbustos en llamas.
"Estoy pidiendo a esta gente que vuelva a los centros de acogida", ha asegurado el ministro de Migraciones heleno, Dimitris Vitsas, en la televisión ERT. "Es mentira que vayamos a abrir las fronteras. En los tratados internacionales hay obligaciones pero también sanciones", ha insistido. El ministro griego ha lamentado que "el 99% " de los inmigrantes que se han congregado en Diavata son "víctimas" de la desinformación. "¿Quién comparte esa desinformación? Mayormente los traficantes", ha señalado.
Mientras, en Atenas un grupo de unos 50 inmigrantes han ocupado las vías de la principal estación de trenes de la capital y han comenzado a gritar "Alemania" y "Abrid las fronteras", mientras otros tantos han sido retenidos por la Policía.
"Queremos ir a Tesalónica y luego a la frontera", ha explicado Amin Omar, un iraquí de 27 años que se ha sentado en las vías. "No sabemos si están abiertas", ha reconocido.
La ruta de los Balcanes
Turquía también ha interceptado un grupo de inmigrantes que se dirigía a la frontera con Grecia atraídos por los rumores de que Ankara había abierto la frontera. Las autoridades han detenido a cerca de 1.200 personas, según los medios turcos. La situación evoca a los peores momentos de la crisis migratoria de 2015, cuando casi un millón de personas que huía de la pobreza y los conflictos en Oriente Próximo viajó hacia Europa a través de Turquía y Grecia en lo que se denominó la ruta de los Balcanes.
Estos movimientos cayeron drásticamente en 2016 tras el pacto entre la Unión Europea y Turquía. Los países balcánicos también cerraron sus fronteras, lo que dejó a muchos de los inmigrantes y refugiados que buscaban llegar a Europa central y del norte atrapados en Grecia.
Según la agencia turca Anatolia, la Policía del país ha detenido a 496 personas en Edirne, la provincia que limita con Grecia y Bulgaria, desde donde pretendían entrar en suelo comunitario. Los migrantes, mayormente afganos, iraníes o paquistaníes, se han autonombrado como "el convoy de la esperanza".
Otras 700 personas han sido detenidas en la vecina provincia de Tekirdag, en un control de la Policía cuando se dirigían a Edirne.