Corea del Sur

La Policía irrumpe en la residencia presidencial de Seúl y detiene al líder que declaró la ley marcial

Centenares de seguidores del presidente de Corea del Sur han intentado por todos los medios evitar su arresto, incluso con barricadas de autobuses.

El arresto del presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol

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El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, ha sido finalmente detenido este miércoles tras un intenso despliegue en el que cientos de agentes de la Oficina de Investigación Anticorrupción (CIO) y de la Policía Nacional se valieron de escaleras para sortear las barricadas de autobuses y alambre de púas instaladas por su equipo de seguridad presidencial. Este segundo intento de arresto, ejecutado en plena madrugada, culmina casi seis semanas de crisis política sin precedentes, luego de que el líder fuera destituido en diciembre por declarar la ley marcial y aferrarse al poder a pesar del impeachment aprobado por el Parlamento.

Horas antes, la puerta de la residencia oficial en Hannam-dong, en el centro de Seúl, se había convertido en una fortaleza defendida por unos 200 guardaespaldas del Servicio de Seguridad Presidencial (PSS). Con autobuses apostados como barricadas, alambres de púas y bloqueos a la entrada de las fuerzas policiales, los defensores del mandatario suspendido pretendían impedir el paso de los agentes. Sin embargo, la situación dio un vuelco cuando la propia guardia pretoriana decidió cesar la resistencia a raíz de un mensaje público del presidente interino Choi Sang-mok, quien anunció que "la ejecución de la orden de arresto presidencial ha comenzado". Instantes después, la defensa se replegó y la policía logró penetrar en la residencia para detener a Yoon.

Tras su arresto, el mandatario suspendido divulgó un breve video en el que confirmaba haber accedido a comparecer ante los funcionarios que lo investigan "para evitar cualquier derramamiento de sangre". No obstante, subrayó que "no significa que apruebe esta investigación" y calificó de "ilegal" el proceso judicial en su contra, argumentando que ni el tribunal ni la Oficina de Investigación Anticorrupción tienen competencias para procesarlo. Yoon fue trasladado a las dependencias del CIO, donde ahora será interrogado por presuntos delitos de insurrección y abuso de poder, cargos que podrían derivar en cadena perpetua o pena de muerte.

La crisis y el impeachment

Yoon, de 64 años, fue apartado del poder el 14 de diciembre cuando la Asamblea Nacional respaldó una moción de destitución por su declaración de ley marcial y el despliegue de tropas contra diputados de la oposición. El Tribunal Constitucional, que tiene un máximo de 180 días para confirmar o revocar el impeachment, celebró la primera audiencia esta semana, sin la presencia del líder. Si los magistrados ratifican la destitución, deberán convocarse elecciones presidenciales anticipadas en un plazo de 60 días.

A lo largo de la madrugada, las calles de Seúl se llenaron de partidarios y detractores de Yoon. Los primeros, al grito de "¡Dictadura judicial!", denunciaron que la orden de arresto es una "farsa" y cuestionaron la legitimidad de los tribunales. Del lado opuesto, manifestantes que apoyan el impeachment y exigen "¡Arréstenlo!" salieron a las afueras de la residencia presidencial exigiendo que se cumpla el imperio de la ley. Finalmente, la intervención decidida de la policía selló el segundo intento de captura y marca un hito: es la primera vez en la historia reciente de Corea del Sur que un presidente en ejercicio es arrestado.

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