En poco tiempo, la desconfianza del Reino Unido hacia la UE ha crecido hasta desembocar en el resultado de este viernes. Con una agresiva campaña, el 'no' agitó la victoria para el 'brexit', avivó los miedos de los británicos, capitaneó el descontento y ha ganado la batalla.
Los partidarios del 'brexit' dieron argumentos a los que cuestionaban la seguridad en una Unión Europea sin fronteras. Convencieron a ese 76% que piensa que el número de inmigrantes es insostenible y culpa a la Unión Europea.
"Sólo espero que las cosas cambien en materia de inmigración –dice un ciudadano cualquiera en la calle-. Entiendo que la gente quiera venir aquí y buscar una vida mejor pero para el empleo es una gran noticia el Brexit".
"Churchill estaría contento con este resultado. Bien hecho Gran Bretaña, bien hecho", apunta otro con un sentimiento nacionalista, de recuperar la esencia británica, que se ha reflejado en las urnas.
Soberanía frente a una maquinaria europea, que el bando del 'brexit' califica de burócratas. "La Unión Europea ha durado más de lo que debía. Nació para prevenir la expansión soviética y ya no tiene razón de ser. Así que es mejor para nosotros estar fuera", señala una partidaria de la salida.
Sin olvidar el "tirón electoral" del conservador ex alcalde de Londres, Boris Johnson, convertido en altavoz de los que piensan que la Unión Europea cuesta demasiado.
Los jóvenes eran la gran esperanza del 'sí' a Europa: 7 de cada 10 de entre 18 y 24 años votaron por quedarse, pero no ha sido suficiente.
El electorado de mayor edad ha inclinado la balanza.
Desde siempre, el alma euroescéptica de los británicos ha condicionado sus peculiares relaciones con el resto de socios en el seno de la Unión Europea. El 'brexit' ha conseguido unirlos para dar la espalda a Europa.