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EL ATENTADO EN BERLÍN CENTRA EL DISCURSO DE NAVIDAD
El presidente alemán pide abrir el debate sobre la política de refugiados tras el atentado de Berlín
"Sentimos el miedo. Pero el miedo no nos domina. Sentimos la impotencia. Pero la impotencia no nos domina. Sentimos la rabia. Pero la rabia no nos domina", ha afirmado Joachim Gauck durante su discurso de Navidad.
El presidente alemán, Joachim Gauck, cree que el atentado de Berlín, en el que murieron doce personas, debe abrir un debate sobre la seguridad en el país y la política sobre refugiados, pero siempre con mesura y evitando los prejuicios.
Gauck centró su tradicional discurso de Navidad, avanzado por los medios pero que se emite mañana, en el ataque de Berlín, en el que un camión conducido por un yihadista irrumpió en un concurrido mercadillo navideño atropellando a la multitud. A su juicio, "debe haber un debate político sobre la política de refugiados" y sobre "si en el futuro se podría hacer más para garantizar la seguridad ciudadana".
No obstante, "precisamente en tiempos de ataques terroristas no deberíamos profundizar las diferencias en nuestra sociedad o poner bajo sospecha de forma genérica a grupos enteros o culpar a todos los políticos", dice Gauck. "Debemos mantener la mesura y el respeto al contrincante político", asegura el presidente.
Gauck, un expastor protestante de 78 años, dedica su último discurso como presidente casi por completo al atentado del pasado lunes, asegurando que el ataque yihadista de mayor envergadura en el país "asustó profundamente" a la ciudadanía, alentando la "rabia" y la "ira", así como el "miedo" y la "impotencia", sentimientos que no deben dominar a la persona.
"Sentimos el miedo. Pero el miedo no nos domina. Sentimos la impotencia. Pero la impotencia no nos domina. Sentimos la rabia. Pero la rabia no nos domina", afirma. El ataque, atribuido a un tunecino de 25 años que fue ayer abatido por la policía italiana en Milán, ha azuzado también la "solidaridad" dentro de la sociedad alemana.
Frente al "odio asesino" del terrorista, los berlineses dijeron "sí a la vida", argumenta el presidente alemán. El pasado lunes el tunecino Anis Amri -que había llegado a Alemania en 2015 y solicitó asilo- robó un camión en Berlín y lo dirigió contra un mercadillo navideño, donde embistió a la multitud a gran velocidad.
Doce personas murieron y medio centenar resultaron heridas, algunas graves en este ataque, que fue reivindicado por el Estado islámico (EI). Amri fue ayer abatido en un tiroteo con la policía italiana en Milán, tras cuatro días a la fuga, cuando el tunecino abrió fuego sobre los agentes cuando estos le solicitaron identificarse.
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