Alí Abdulá Saleh, presidente de Yemen

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TRAS TRES DÉCADAS DE MANDATO

El presidente de Yemen anuncia que no ampliará su mandato para evitar altercados

El Presidente deberá abandonar el poder en 2013

El presidente de Yemen, Alí Abdulá Saleh, ha anunciado este miércoles que no ampliará su mandato, que expira en 2013, y que no transmitirá el poder a su hijo. Asimismo, ha pedido a la oposición que tenga en cuenta estas "concesiones" y suspenda la gran manifestación convocada para mañana jueves en Saná, que ha sido bautizada como el 'Día de la rabia' y que recuerda claramente las recientes movilizaciones de Egipto y Túnez.

"No habrá ni prolongación ni sucesión hereditaria ni se pondrá a cero el reloj", ha asegurado el mandatario, que lleva tres décadas en la Presidencia del país. "Hago estas concesiones en beneficio del país. Los intereses del país están por encima de nuestros intereses personales", ha asegurado ante los miembros del Parlamento y del Majlis Al Shura (consejo consultivo) y ante altos cargos del Ejército.

"Insto a la oposición a paralizar todas las protestas, manifestaciones y sentadas previstas", ha declarado Saleh. Pero el principal partido opositor del país, Islah, ha reaccionado rápidamente diciendo que valora positivamente la decisión del presidente pero que sigue adelante con la gran manifestación convocada para este jueves, según ha declarado su subsecretario, Mohamed al Saadi.

Saleh ya había ofrecido anteriormente algunas concesiones relativas al límite de los mandatos presidenciales y había anunciado la subida de los sueldos de los funcionarios y los militares en aproximadamente 47 dólares al mes. En torno a un 40 por ciento de la población yemení vive con menos de dos dólares al día.

Según las leyes vigentes, Saleh tendría que dejar la Jefatura del Estado al término de su mandato, en 2013, pero algunos miembros del partido gobernante propusieron a finales del año pasado eliminar ese límite.

Esto irritó a la oposición, que intentó protestar el pasado diciembre pero no logró reunir a un número importante de personas en la calle. Sin embargo, la semana pasada consiguió congregar a unas 16.000 personas para exigir un cambio de gobierno, y algunos pidieron la dimisión del presidente.

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