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según denuncia Human Rights Watch (HRW)
Presos con discapacidad física, mental o cognitiva, sobre todo indígenas, son víctimas de abusos sexuales y físicos en cárceles de Australia
Human Rights Watch denuncia que hay presos con discapacidades psíquicas que pasan hasta 22 horas en celdas en solitario.
Reclusos con discapacidad física, mental o cognitiva, sobre todo indígenas, son víctimas de abusos sexuales y físicos, y de un "desproporcionado" confinamiento en solitario en prisiones de Australia, denunció Human Rights Watch (HRW).
En un nuevo informe, la organización denunció el "elevado riesgo" de estos presos a sufrir acoso, violencia, abuso e intimidación por parte de otros presos o del personal penitenciario, y en el caso de los indígenas también a ser sujetos a maltratos racistas. La investigación, realizada en 14 cárceles del país, denunció la sobrerepresentación de este colectivo en las prisiones, ya que suponen un 18% de la población australiana pero un 50% del total de reclusos.
La desproporción se agrava en el caso de los indígenas, que con un 2% de la población representan el 28% del total de presos adultos. El informe también reveló que personas con discapacidades psíquicas pasan hasta 22 horas en celdas en solitario, con un caso extremo que pasó 19 años en este régimen penitenciario. La investigadora de HRW, Kriti Sharma, advirtió de que el encierro en solitario se ha vuelto una práctica habitual con presos con discapacidad psíquica, y alertó de que la estancia en prisión para estos reclusos puede ser una experiencia traumática. "Los servicios de apoyo al preso con discapacidades son simplemente inexistentes. Y lo que es peor, tener una discapacidad le pone en elevado riesgo de violencia y abuso", aseguró Sharma.
En uno de los casos denunciados, un preso aborigen con discapacidad denunció que cuatro funcionarios lo golpearon, lo insultaron, lo ataron, le cortaron la ropa y lo dejaron en el suelo del área de ejercicios físicos para darle una lección. Otro contó que fue asaltado sexualmente por compañeros de prisión. "Al menos uno de ellos me violó, pero creo que me desmayé. Estuve sangrando, a veces sigo sangrando. Lo denuncié ese día a los superintendentes, rellené el formulario médico", dijo el recluso con discapacidad cognitiva.
"Me dijeron que si lo denunciaba iría a la unidad de detención seis meses, así que rompí la denuncia delante de ellos. Luego regresé a mi pabellón y me golpearon, no los mismos que me asaltaron y me llamaron perro (traidor)", agregó. HRW instó a las autoridades a reforzar la vigilancia para evitar los abusos contra presos con discapacidades, ofrecer atención adecuada a estas personas y poner fin al confinamiento en solitario de los que padecen discapacidad psíquica.
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