La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, ha hecho un llamamiento para silenciar los mensajes de odio tras el atentado supremacista contra las dos mezquitas de Christchurch que causó 50 muertos y 50 heridos. "Somos uno. Ellos son nosotros", dijo Ardern, al reiterar en el Parlamento el lema que acuñó tras los ataques para promover la unidad del país, en una sesión que se abrió con la bendición de un imam y que concluyó en árabe por la dirigente con la tradicional salutación musulmana.
En su discurso, Ardern aseguró que jamás pronunciará el nombre del autor de la masacre para privarle de la notoriedad que este buscaba con su acción y al que se refirió como "un terrorista, un criminal, un extremista y, cuando hable de él, un sin nombre".
El australiano Brenton Tarrant, de 28 años, está considerado por la Policía como el único responsable de la matanza y permanecerá en prisión provisional, que le fue impuesta el sábado tras ser acusado de asesinato, hasta que comparezca ante el juez el 5 de abril.
Las redes sociales fueron otro de los aspectos señalados por Ardern, quien explicó que su rol en la difusión de los mensajes de odio que será analizado y les exigió que asuman la responsabilidad por lo que publican.
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